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Proteger la lactancia materna para lograr el derecho a la alimentación y a la salud

Los relatores especiales de la ONU sobre el derecho a la alimentación y sobre el derecho a la salud hacen una declaración conjunta sobre la necesidad de promover la lactancia

Los relatores especiales de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación y sobre el derecho a la salud junto con el Grupo de Trabajo sobre Discriminación contra las Mujeres y el Comité de los Derechos del Niño han publicado un comunicado en el que exigen la implementación de medidas que apoyen la lactancia materna.

La lactancia materna es un derecho humano, para el niño y la madre. La lactancia es un componente integral en el derecho la vida, al desarrollo y a la salud del niño.

Las mujeres tienen derecho a una información veraz y objetiva para tomar una decisión individual sobre la lactancia. Tienen derecho a servicios de salud de calidad, incluidos los servicios integrales de salud sexual, reproductiva y materna; y a la protección de una lactancia adecuada en el lugar del trabajo junto con unas condiciones adecuadas que proteja y respete la lactancia en espacios públicos.

La lactancia ayuda a los niños/as a desarrollarse, es segura, limpia y contienen anticuerpos que protege a los lactantes de las enfermedades comunes de la infancia. Hay estudios que demuestran que la lactancia mejora la inteligencia y hace que en la madurez las personas sean menos propensas al sobrepeso, la obesidad o la diabetes.

A pesar de todos estos beneficios, actualmente solo 1 de cada 3 bebés reciben lactancia exclusiva antes de los 6 meses a nivel mundial. Las causas para un dato tan bajo, son diversas. Muchas veces las mujeres no tienen acceso a una información veraz; las prácticas culturales y las tradiciones no están a favor de la lactancia; o no existen suficientes inversiones que la apoyen. La estigmatización en espacios públicos o las complicaciones para las madres que trabajan fuera del hogar son otros de los impedimentos.

Otro obstáculo a la lactancia materna es la comercialización de sustitutos de leche que compiten con la natural. Las prácticas comerciales en ocasiones afectan negativamente a la capacidad de elección de las madres, estrategias que cada vez se dirigen más a las poblaciones de los países en desarrollo. Los expertos advierten que es necesario adoptar medidas eficaces que eviten las estrategias de marketing y las prácticas inapropiadas. Solo muy pocos Estados han promulgado leyes que controlen estas prácticas. 

Los relatores recuerdan que los Estados están obligados a cumplir los tratados internacionales de derechos humanos pertinentes para proporcionar todos los medios de comunicación a las madres, y para facilitar las prácticas óptimas de alimentación de las madres y sus bebés. Los Estados deben poner en funcionamiento las medidas necesarias que apoyen la lactancia materna e impedir la promoción inadecuada de sucedáneos de leche materna. Además deben impedir la exclusión de las mujeres lactantes en espacios públicos y desarrollar políticas que faciliten la lactancia de las mujeres trabajadoras.

Los beneficios de la lactancia materna son diversos, por ello el comunicado recalca la necesidad de protegerla internacionalmente a través de la implementación de leyes por parte de los Estados.