La FAO publica el nuevo informe El estado de la biodiversidad mundial para la alimentación y agricultura, que ha sido elaborado gracias a la experiencia de muchas personas y la colaboración y el apoyo de muchos gobiernos e instituciones. Se basa en datos presentados por 91 países que han sido las principales fuentes de información.
El informe señala y evalúa las contribuciones que la biodiversidad hace a la alimentación y la agricultura, a los medios de vida de los productores y productoras y a la seguridad alimentaria y la nutrición. Se hace un repaso sobre el estado y las tendencias de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura y los factores de cambio que influyen en ella. Además, se documentan las estrategias que promueven su uso sostenible y contribuyen a su conservación, así como el estado de políticas, instituciones y capacidades relacionadas con su gestión. A partir de este estudio se han obtenido una serie de conclusiones y recomendaciones.
La biodiversidad se ve afectada por efectos globales como el cambio climático o el mercado internacional que dan lugar a efectos como la contaminación o la sobreexplotación. Pero existen medios para enfrentarnos a las amenazas inmediatas adoptando diversas prácticas de manejo sostenible e implementando medidas de conservación, que deben contar con la voluntad política necesaria.
En el estudio se identifican los desafíos para la gestión sostenible de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura. Y también las oportunidades que han surgido y surgen como la demanda de productos respetuosos con el medio ambiente.
Para asegurar el uso sostenible y la conservación de los ecosistemas, las especies y la diversidad genética es necesario que exista el conocimiento de las funciones de la biodiversidad en los procesos ecológicos que sustentan la producción agrícola y alimentaria y que se protejan, restauren y mejoren los procesos. Muchos componentes clave de la biodiversidad para la alimentación y agricultura a nivel genético, de especies y de ecosistemas están en declive, aunque la falta de datos dificulta la planificación y la priorización de medidas. El conocimiento que existe varía, dependiendo de las especies. Por ejemplo, muchas especies asociadas a la biodiversidad, en particular microorganismos e invertebrados, nunca han sido documentadas. Existe una necesidad de mejorar el conocimiento en todos los campos. Para ello hay que mejorar las metodologías para registrar, almacenar y analizar datos.
También hay una información limitada sobre las prácticas de gestión y enfoques de producción que potencialmente pueden contribuir a la conservación y la biodiversidad, que debe mejorarse.
En el aspecto institucional se deben revisar los marcos normativos, para evaluar si brindan el apoyo necesario para la introducción o la mejora de prácticas más sostenibles y respetuosas con la biodiversidad y para identificar formas en que puedan operar como restricciones, de manera que se revisen o eliminen las políticas que tienen efectos dañinos. Debe ser un análisis completo e incluir a todas las partes. La educación y la capacitación sobre prácticas de gestión sostenibles a menudo deben mejorarse, tanto para aumentar las habilidades y el conocimiento a nivel del productor como para aumentar el suministro de personal técnico y científico capacitado.
Si están bien planificadas, las prácticas de restauración pueden proporcionar beneficios simultáneos para la productividad agrícola, la conservación de la biodiversidad y el suministro de servicios de los ecosistemas.
Se necesitan acciones urgentes y un compromiso a largo plazo, para mejorar las múltiples contribuciones que la biodiversidad realiza al desarrollo sostenible y para enfrentar las múltiples amenazas que actualmente están causando su pérdida. Los gobiernos deberán tomar las medidas adecuadas para garantizar que se cumplan sus responsabilidades en este campo, particularmente en vista de la importancia de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.
Este informe ha identificado numerosas brechas, necesidades y posibles acciones en la gestión de la biodiversidad para la agricultura y la alimentación. El siguiente paso es actuar.