Con este sugerente título se defendió el pasado 13 de marzo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid la tesis doctoral por parte de Kattya Cascante Hernández, profesora e investigadora adherida al Observatorio del Derecho a la Alimentación de España (ODA-E).
Bajo la dirección de Jose Antonio Sanahuja Perales, la autora estudió el sistema alimentario mundial y el impacto negativo que ha tenido el fenómeno de la globalización sobre el proceso de producción y distribución de alimentos. En concreto, se constató una falta de gobernanza alimentaria a nivel mundial, caracterizada por graves problemas de acceso, distribución y adecuación de los alimentos.
Se analizaron dos crisis alimentarias, las de 1973 y 2007, con el objetivo de verificar la hipótesis de partida. De esta comparación se extraen los elementos de la globalización que afectan al sistema alimentario mundial, fundamentalmente la transnacionalización o traspaso de poder de las relaciones sociales más allá de las fronteras nacionales. En este sentido, se produce una securitización (capacidad para proteger sectores de la economía internacional respecto a fuerzas del mercado) y una financiarización (importancia de los mercados financieros, instituciones y élites en el funcionamiento de la economía).
Para llevar a cabo el trabajo, la autora partió de la Teoría Crítica de las relaciones internacionales (R.Cox), cuyos principales aportes han sido los de “promover la conversación global para hacer posible un nuevo sentido de lo universal, generar conocimiento significativo para afirmar los derechos y respaldar la acción colectiva para hacer posible un nuevo orden mundial”. Además, se utilizó el Marco de Estudios Históricos, que permitió constatar la poca capacidad de agencia de las fuerzas sociales. Sin embargo, un nuevo paradigma de alimentación saludable, ecológica, adecuada y sostenible con accesibilidad más sostenible está comenzando a tomar forma.
Estudios como éste, sin duda, contribuyen de forma muy significativa a lograr el objetivo del ODA-E, que es en último término la realización efectiva del derecho humano a la alimentación.