Después de casi dos años de proceso preparatorio y de las enormes expectativas, pobre resultado en términos de decisiones y compromisos.
Algunas de las personas que intervinieron –desde la política, desde la ciencia, desde el activismo…- presentaron una situación crítica que requeriría medidas inmediatas y radicales. Pero no sabemos qué se va a hacer, cómo, cuándo ni quién será responsable de hacerlo. Todo parece quedar a la buena voluntad de los diferentes actores
Al menos podemos decir que el problema está sobre la mesa y que es ampliamente reconocido por la comunidad internacional: los sistemas alimentarios actuales no garantizan una adecuada alimentación de todas las personas y están provocando graves daños ambientales, por lo que es urgente transformarlos.