La agricultura y los sistemas agroalimentarios son una parte importante de la solución a la crisis climática y tienen un impacto directo en una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor para todos. Pero la toma de decisión se pospuso a este año.
La decisión adoptada en la COP 27 reafirma la importancia de trabajar de manera integrada las cuestiones relativas a cambio climático, seguridad alimentaria y nutrición, y los co-beneficios de mitigación y adaptación que se pueden conseguir, como la conservación y restauración de ecosistemas, la mejora de la sostenibilidad de las prácticas agrícolas y la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos de los sistemas alimentarios sostenibles, vínculos directos e indirectos positivos con la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas, con impactos en diferentes Objetivos de Desarrollo Sostenible.