El artículo titulado “La salud y aspectos nutricionales de las estrategias de dietas sostenibles y su asociación con el impacto medioambiental: un análisis global con detalles a nivel de país”, publicado en The Lancet Planetary Health, analiza esta dinámica que hasta la fecha no se había analizado a nivel regional. Mediante el uso de un marco integrado ambiental y de salud, se examinan tres enfoques diferentes de dietas sostenibles motivadas por objetivos ambientales, de seguridad alimentaria y de salud pública. En este análisis se combinan los niveles de nutrientes, la mortalidad por enfermedades crónicas relacionadas con la dieta y el peso, y el impacto ambiental en más de 150 países con tres tipos de dietas.
En el primer escenario, basado en objetivos ambientales, se ha reemplazado en las dietas entre el 25% y el 100% de los alimentos de origen animal por alimentos de origen vegetal. En el segundo escenario basado en objetivos de seguridad alimentaria, se redujeron los niveles de bajo peso, sobrepeso y obesidad entre un 25% y un 100%. El tercero, orientado a la salud pública, consistió en utilizar cuatro patrones de dieta balanceada: flexitariana, pescetariana, vegetariana y vegana.
Para el análisis de nutrientes se ha calculado su ingesta y los cambios en la idoneidad en función de las recomendaciones internacionales y un conjunto de datos globales del contenido y suministro de nutrientes. Para el análisis de salud, se estiman los cambios en la mortalidad según la evaluación de riesgo comparativa con nueve factores de riesgo relacionados con la dieta y el peso. Para el análisis del impacto medioambiental se han combinado: huellas específicas de emisiones de gases de efecto invernadero de diferentes países y de diferentes alimentos, uso de las tierras de cultivo, uso de agua dulce, aplicación de nitrógeno y aplicación de fósforo, para analizar la relación entre los impactos en la salud y el medio ambiente de los cambios en la dieta.
Estos diferentes escenarios obtuvieron diferentes hallazgos. Respecto al que se basa en objetivos medioambientales a través de remplazar alimentos de origen animal por los de origen vegetal, fue especialmente efectivo en los países de altos ingresos para mejorar los niveles de nutrientes, reducir la mortalidad prematura y reducir el impacto medioambiental (reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 84%). Sin embargo, implicaba un aumento del consumo de agua y tuvo poca efectividad en los países en los que hay un consumo moderado o bajo de alimentos de origen animal.
En el segundo escenario que perseguía objetivos de seguridad alimentaria mediante la reducción del peso insuficiente y el sobrepeso, llevó a reducciones similares en la mortalidad prematura y moderados incrementos en los niveles de nutrientes, pero el impacto medioambiental a nivel global se redujo en escasa medida: en los países de ingresos altos y medios se redujo poco, y en los países de bajos ingresos supuso un mayor uso de recursos.
Respecto al último escenario que dirigía su objetivo a la salud pública implementando dietas equilibradas con bajo consumo de carne, supuso un suministro adecuado de nutrientes y una reducción de la mortalidad prematura. Además este tipo dietas redujeron el impacto medioambiental en la mayoría de las regiones, exceptuando algunos aspectos en países de bajos ingresos.
Este estudio muestra que el efecto de las dietas sostenibles dependerá del contexto. Estas dietas pueden reducir el impacto medioambiental y mejorar la salud a nivel global en la mayoría de las regiones, sobre todo en países de ingresos medios y altos pero, en cambio, en los países de bajos ingresos pueden suponer un aumento de consumo de recursos en la medida que la dieta se diversifique.
La investigación concluye señalando que es necesario actualizar las pautas de las dietas con cambios hacia dietas más basadas en productos vegetales, ya que la alimentación saludable puede mejorar la salud y reducir el impacto medioambiental.