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El análisis sobre la seguridad alimentaria debe tener en cuenta las relaciones de género que se dan dentro de los hogares

Un estudio de campo sobre las relaciones de género intrafamiliares pone en relieve la importancia de incorporar este enfoque en los análisis sobre salud y nutrición
ilustración de la portada del informe

El SNV Netherlands Development Organisation, junto con el Centro de Innovación para el Desarrollo de Wageningen y el Royal Tropical Institute, con financiación de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, publica su tercer informe técnico dentro del  enfoque “Nutrición Sostenible para Todos”, que en esta ocasión se centra en las relaciones de género, bajo el título “Dentro del hogar: dinámicas y dietas diversas. Ideas para una nutrición sostenible en Uganda y Zambia”.

La seguridad alimentaria pone uno de sus focos en el estudio del desarrollo rural, pero en cambio las relaciones de género aún no son valoradas suficientemente. Ha habido un desarrollo del conocimiento sobre los vínculos entre agricultura, nutrición y salud, pero sigue habiendo preguntas sobre la interacción y los roles que desempeñan respectivamente las mujeres y los hombres en estos contextos. No hay estudios de las relaciones de género y cómo sus dinámicas afectan el estado nutricional de los diferentes miembros dentro del hogar.

Existen, por lo tanto, aún muchas cuestiones sin resolver sobre la interacción entre agricultura y nutrición y roles de género. A nivel intrafamiliar existen brechas para comprender cómo las relaciones de género influyen en los procesos de producción y consumo y cómo esto puede afectar al estado nutricional de los miembros del hogar, por ello este trabajo estudia las dinámicas de género dentro del hogar. Aborda diferentes componentes del papel de las mujeres en relación a la nutrición, particularmente la toma de decisiones y la asignación de recursos dentro del hogar, los cuidados y la alimentación infantil, y su carga de trabajo.

El informe resume los hallazgos claves y los aprendizajes obtenidos del análisis de las dinámicas dentro del hogar y tiene como objetivo ayudar a los profesionales e investigadores a comprender los enfoques y herramientas usadas e implementar un modelo innovador que empodere  a las comunidades para reducir la desnutrición. Este informe corresponde a una primera fase de estudio, que finalizó en el año 2017 y que se llevó a cabo en Uganda y Zambia, y que ahora se encuentra desarrollando su segunda fase.

Además se pretende que este trabajo mejore las dietas para todos los miembros del hogar, con un enfoque particular en mujeres en edad reproductiva y niños menores de dos años. Mejorar la nutrición entendiendo cuatro pilares críticos como producción, consumo, cuidados y  prácticas saludables. Esto va a suponer que los diferentes miembros del hogar hagan una valoración de lo qué es la nutrición y como los hábitos alimentarios van a afectar sus vidas, el desarrollo físico y cognitivo de sus hijos y sus futuras perspectivas de educación y empleo.

Las comunidades son apoyadas para mejorar su situación, para ello se trabaja con autoridades locales y a nivel distrito. Se trata de que las propias comunidades desarrollen sus propias soluciones, aumenten la agrodiversidad y el desarrollo del mercado para mejorar los ingresos y el gasto en los alimentos.

El informe recoge también una serie de recomendaciones políticas basadas en esta primera fase de estudio como: hacer un análisis de género de las comunidades para diseñar los proyectos y hacer que los miembros de la comunidad participen; invertir en estrategias que motiven e incluyan a los hombres; o mejorar la capacitación del personal que va a abordar las dinámicas internas de los hogares.