Durante tres años The Eat-Lancet Comission reunió a 37 científicos de diversas disciplinas como salud, agricultura o ciencias políticas, provenientes de 16 países, para desarrollar objetivos cuantificables que logren dietas saludables y una producción sostenible de alimentos. El resultado es el lanzamiento del informe: “Dietas saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles: Alimentos, Planeta, Salud”.
La Comisión considera que los alimentos son la mejor vía para garantizar la salud humana y la sostenibilidad de nuestro planeta, sin embargo la producción actual amenaza la vida de las personas y del planeta. Es necesario actuar con urgencia si queremos lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cumplir el Acuerdo de París y tener un planeta habitable y sano.
Por un lado, a pesar de que la producción ha ido creciendo, más de 820 millones de personas carecen hoy de una alimentación suficiente y muchas más personas tienen una alimentación poco saludable, y por otro, la producción mundial de alimentos es el mayor impulsor de la degradación medioambiental. Esta realidad necesita una transformación.
El informe muestra que es posible y necesario “lograr dietas de salud planetaria para casi 10 mil millones de personas en el 2050”. El concepto de dieta de salud planetaria que usan pretende vincular la salud humana y la sostenibilidad ambiental, y la necesidad de integrar estas agendas.
Por ello, la Comisión ha desarrollado un marco global integrado y objetivos científicos mundiales que logren dietas saludables y una producción sostenible de alimentos en un espacio operativo seguro. Algo que no se había hecho hasta hoy a pesar de la evidencia científica sustancial que vincula las dietas con la salud humana y la sostenibilidad ambiental.
Los objetivos son dos:
- El primero es establecer dietas saludables para optimizar la salud. Se considera como dietas saludables una ingesta calórica óptima y con diversidad de alimentos de origen vegetal, bajas cantidades de alimentos de origen animal, grasas insaturadas en lugar de saturadas, y cantidades limitadas de granos refinados, alimentos altamente procesados y azúcares añadidos. Esto requiere grandes cambios dietéticos en la población. Duplicar el consumo de alimentos saludables como frutas, verduras, legumbres y semillas, y reducción de más del 50% en el consumo mundial de alimentos como los azúcares añadidos y la carne roja. Sobre todo en los países ricos. Aunque estos cambios deben contextualizarse dentro de las realidades locales y regionales, ya que muchas poblaciones sufren desnutrición y obtener cantidades adecuadas de micronutrientes a partir solo de alimentos de origen vegetal es difícil.
- El segundo objetivo es lograr una producción sostenible de alimentos. La Comisión propone una serie límites para producir disminuyendo el riesgo de afectar al planeta. Para ello es necesario: hacer un cambio hacia dietas saludables, mejorar las prácticas en la producción de alimentos y reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
Conseguir estos objetivos será posible mediante cinco estrategias:
- compromiso internacional y nacional para crear dietas saludables;
- reorientar las prioridades agrícolas, pasar de producir grandes cantidades de alimentos a producir alimentos saludables;
- intensificar de forma sostenible la producción de alimentos para aumentar la producción de alta calidad;
- gestión firme y coordinada de la tierra y los océanos, esto implica alimentar a la humanidad con las tierras agrícolas existentes y mejorar la gestión de los océanos;
- y reducir al menos a la mitad las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
La acción debe ser inmediata porque hay razones suficientes para actuar. Se necesita trabajo, voluntad política y los recursos necesarios. Un nuevo sistema alimentario es posible y necesario.