De cara a la celebración del Día Mundial de la Alimentación 2021, la FAO recuerda los graves problemas de los sistemas alimentarios a nivel global: millones de personas que padecen hambre o están subalimentadas, mientras que muchos otros tienen sobrepeso crónico debido a una alimentación deficiente. Los pequeños agricultores, que producen más de un tercio de los alimentos del mundo, se encuentran no obstante entre los más afectados por la pobreza, ya que la agricultura sigue siendo un sector impredecible y a menudo inseguro. Un sistema agroalimentario que contribuye en gran medida al cambio climático, que a su vez amenaza la producción de alimentos en algunas de las zonas más pobres del mundo. La pérdida y el desperdicio de alimentos desenfrenados convive con personas que dependen de los bancos de alimentos o de la ayuda alimentaria de urgencia. Hoy resulta evidente para todos: nuestros sistemas agroalimentarios están rotos y nunca ha habido una necesidad más urgente de transformar la forma en la que el mundo produce y consume lo que comemos.
Necesitamos ecosistemas saludables para un suministro abundante y a largo plazo de alimentos inocuos y nutritivos, pero nuestros ecosistemas tienen una gran necesidad de ser reparados.