En este primer capítulo encontramos cuatro partes, que hacen referencia al discurso de los “sistemas alimentarios” y las soluciones empresariales al hambre y la malnutrición.
La primera, sobre el auge de las narrativas de los sistemas alimentarios, debate sobre el significado del concepto de “sistemas alimentarios”, acercándose a una compresión más holística que reconoce las interacciones de las distintas partes interesadas, así como la forma en que están interconectados los seres humanos, la naturaleza y los alimentos.
Después de ver el significado, el informe se centra en las soluciones empresariales. Estas se basan en un modelo globalizado de desarrollo que crea una brecha cada vez mayor ente la población rica y poderosa y la pobre. El Big Data y la financiarización del sistema se proponen como soluciones eficaces para satisfacer las necesidades alimentarias de la población mundial. Esto puede no ser justo debido a que millones de personas hoy en día están excluidas digitalmente.
La tercera parte trata de los grandes escollos en el camino de las luchas por el derecho a la alimentación y la soberanía alimentaria. Para luchar contra esta amenaza, la producción de alimentos a pequeña escala y las entidades sociales están proponiendo soluciones de base para avanzar hacia una humanidad que pueda alimentarse mejor, respetando la dignidad y la soberanía alimentaria. Sin embargo, los que se dedican a la producción a pequeña escala se enfrentan con varios retos como el debilitamiento de las instituciones y políticas públicas y las narrativas y tácticas que utiliza el sector empresarial.
Por último, se exponen los fundamentos sólidos para un nuevo paradigma alimentario basado en soluciones reales. Un enfoque basado en los derechos humanos que se centre en la soberanía alimentaria es útil y relevante, ya que considera la interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos como núcleo de los sistemas alimentarios.
Este capítulo ha sido elaborado por Elisabetta Recine, doctora en Salud Pública; Ana María Suárez Franco, coordinadora del trabajo de rendición de cuentas de FIAN y representante de la organización ante la ONU; y por Colin Gonsalves, abogado principal del Tribunal Supremo de India y fundador de Human Rights.