El Global Report on Food Crisis 2019 (Informe Mundial sobre las crisis alimentarias 2019) elaborado por la UE, FAO y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) estima que durante el 2018 unos 113 millones de personas de 53 países experimentaron inseguridad alimentaria aguda y otros 143 millones de personas estuvieron cerca de sufrirla.
Este informe aúna datos, análisis, conocimientos y experiencia con respecto a las personas que enfrentan crisis alimentarias, gracias a la coordinación de la Red de Información de Seguridad Alimentaria (FSIN). Este trabajo pretende llamar la atención sobre la necesidad de abordar las causas del hambre, el cambio climático, las crisis económicas, los conflictos armados y los desplazamientos.
Dos tercios de las personas que sufren inseguridad alimentaria aguda se concentran solo en ocho países: Afganistán, la República Democrática del Congo, Etiopía, Nigeria, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen.
El conflicto y la inseguridad seguirán impulsando las crisis alimentarias en el próximo año. Se espera que el conflicto persista en Afganistán, Camerún, Chad, Libia, Mali, Myanmar, el Níger, el norte de Nigeria, Palestina, la República Árabe Siria, Ucrania y Yemen.
Según este informe, la inseguridad local y la violencia dificultarán el acceso a los alimentos en Burkina Faso, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Etiopía, Irak, las Tierras áridas y semiáridas de Kenia, Pakistán, Somalia, Sudán del Sur y Sudán.
El conflicto y la inseguridad contribuirán a aumentar el desplazamiento, internamente o hacia países vecinos y asegurarán que las personas permanezcan desplazadas por largos períodos de tiempo agravando su estado de inseguridad alimentaria.
El informe analiza también el efecto de los desastres naturales. Se espera que los desastres climáticos tengan un impacto severo en la producción agrícola y ganadera en varias regiones del mundo en 2019, y en consecuencia en la seguridad alimentaria.
Se hace una previsión de lo que sucederá en el 2019 en las diferentes regiones y países. También reúne una serie de soluciones que puedan ayudar a reconstruir vidas y medios de vida en comunidades de todo el mundo. Se señala la necesidad de implementar un enfoque unificado en las dimensiones humanitarias y de desarrollo de las crisis alimentarias, y una mayor inversión para erradicar los conflictos armados.