El pasado 5 de Diciembre se celebró el Día Mundial del Suelo y se inauguró el Año Internacional de los Suelos (AIS). La inauguración se celebró durante el 68º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, con eventos simultáneos en Roma, Bangkok y Santiago de Chile.
El objetivo del AIS es concienciar al mundo sobre la importancia de contar con unos “suelos sanos para una vida sana”. El suelo es la base para la producción alimentos y es fundamental que la comunidad internacional preste mayor atención a este recurso indispensable. Los suelos además, de garantizar alimentos, son la base para combustibles, fibras y productos médicos, esenciales para el ecosistema y para el ciclo del carbono y del agua y mejoran la resiliencia ante inundaciones o sequías.
La FAO calcula que un tercio de todos los suelos se degradan debido a la erosión, compactación, obturación, salinización, agotamiento de materia orgánica y nutrientes, acidificación, contaminación y otros procesos causados por prácticas insostenibles. Un centímetro de suelo puede tardar hasta 1000 años en formarse y con un tercio de los suelos degradados y una presión humana cada vez mayor, se están alcanzando niveles muy críticos y urge poner remedio a esta realidad cada vez más preocupante.
La FAO ha elaborado junto a la UNESCO un Mapa Mundial de Suelos y ha establecido como prioridad crear un sistema mundial de información sobre este recurso, ya que los datos actuales son obsoletos, limitados y fragmentados. Con este nuevo sistema mundial de información se proporcionarían datos fiables que podría mejorar la gestión de los suelos.