El mundo se enfrenta a desafíos globales sin precedentes que afectan a la sostenibilidad de los sistemas agrícolas y alimentarios. Entre estos retos se incluyen el agotamiento de los recursos naturales y los efectos adversos de la degradación medioambiental, como la desertificación, sequía, degradación de la tierra, escasez de agua y pérdida de biodiversidad; el rápido crecimiento demográfico y de la urbanización y los cambios asociados en los estilos de vida y los hábitos alimentarios; las plagas y las enfermedades transfronterizas; y el cambio climático. Existe un consenso generalizado sobre la importancia de reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos (PDA) como una de las medidas prácticas fundamentales para hacer frente a dichos desafíos. En especial cuando se aborda la PDA utilizando un enfoque de sistema alimentario, ya que puede incrementar significativamente el uso sostenible de los recursos naturales y fortalecer la resiliencia al clima y la seguridad alimentaria. El Índice de Pérdida de Alimentos mide los avances mundiales en la reducción de la PDA como parte de los esfuerzos para cumplir la Agenda 2030.
En su 26° período de sesiones celebrado en octubre de 2018, el Comité de Agricultura (COAG) solicitó a la FAO que tomara la iniciativa en colaboración con los actores pertinentes para formular Códigos de Conducta (CdC) voluntarios para la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, que se presentarán en el próximo período de sesiones del COAG (COAG 27) en octubre de 2020.
El CdC incluirá un conjunto de principios rectores y prácticas voluntarios, globales y acordados internacionalmente, que las diferentes partes interesadas pueden adoptar y aplicar para lograr la reducción de la PDA y obtener resultados positivos en materia de medio ambiente, recursos naturales, medios de subsistencia, seguridad alimentaria y nutrición, en consonancia con la Agenda 2030.