Según la FAO, nos alimentamos de 12 cultivos y 5 especies animales. Y no porque lo elijamos nosotros, sino porque las grandes cadenas de distribución de alimentos limitan nuestro acceso a la variedad alimenticia existente y perjudican seriamente a los productores.
ONG, cooperativas ecológicas y el colectivo Xarxa de Consum Solidari han apoyado la puesta en marcha de la campaña Grandes cadenas de distribución, no gracias, a través de la cual se informa de la graves consecuencias que acarrea el monopolio de las grandes cadenas sobre la distribución de alimentos tanto para el consumidor como para el productor de alimentos.
Para los organizadores de la campaña, de todos los eslabones en los que se basa la cadena agroalimentaria, resulta especialmente preocupante el creciente poder y condicionamiento que ejercen las grandes empresas de distribución alimentaria (GDA). Los datos nos indican que, cada vez más, las compras de alimentos por parte del consumidor final se concentran y organizan alrededor de estas grandes cadenas. Se están convirtiendo en la única puerta de acceso del consumidor a los alimentos y en la única puerta de los productores al consumidor.
Consumidores
Según este colectivo, los productores de alimentos ven limitada su capacidad de venta (a quién venden y por cuánto) y los consumidores no tenemos un acceso real a la variedad de cultivos ni somos conscientes de las violaciones de derechos humanos que muchas veces se producen en la relación entre productores y grandes cadenas. En España, el 81% de la población compra sus alimentos en grandes cadenas de distribución.
Tras una aparente variedad de productos, provocan una tremenda reducción de la diversidad en la que se basa nuestra alimentación. La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) afirma que el 70 % de la actual alimentación humana proviene únicamente de 12 cultivos y de 5 especies animales.
Productores
Las grandes cadenas apuestan por producciones industrializadas, no campesinas, de gran escala y altamente contaminantes. Comparando los precios de origen y de consumo, se comprueba además que los precios se multiplican hasta por siete, existiendo una diferencia media del 420%, sin que los productores reciban mayores beneficios.
Esta campaña denuncia asimismo que las grandes cadenas promueven la insostenibilidad ambiental. Tanto en lo referente a los modelos de producción intensivos e industrializados como por el tipo y cantidad de alimentos ofrecidos sin respetar sus ciclos naturales ni los diferentes costes ecológicos de cada uno. Basan su canasta alimenticia comercial en alimentos kilométricos, obviando los enormes costos medioambientales de esos transportes.
Noticias
Las cadenas de distribución de productos amenazan la diversidad alimenticia
29/01/2007
Según la FAO, nos alimentamos de 12 cultivos y 5 especies animales. Y no porque lo elijamos nosotros, sino porque las grandes cadenas de distribución de alimentos limitan nuestro acceso a la variedad alimenticia existente y perjudican seriamente a los productores.