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De la tortilla mexicana a la baguette francesa, los agrocombustibles encarecen la cesta de la compra

Si hace meses eran los mexicanos los que se manifestaban en contra de la vertiginosa subida del precio de las “tortillas”, los populares panes de harina de maíz que constituyen la mayor fuente de hidratos de carbono de la dieta de un considerable número de mexicanos, ahora es el turno de la baguette francesa o de la barra de pan, los huevos y la leche españoles. Y pronto le tocará a los spaghettis italianos

Si hace meses eran los mexicanos los que se manifestaban en contra de la vertiginosa subida del precio de las “tortillas”, los populares panes de harina de maíz que constituyen la mayor fuente de hidratos de carbono de la dieta de un considerable número de mexicanos, ahora es el turno de la baguette francesa o de la barra de pan, los huevos y la leche españoles. Y pronto le tocará a los spaghettis italianosLa altísima demanda de cereales que se viene produciendo de un tiempo acá para fabricar agrocombustibles está elevando el precio de los cereales a cotas desconocidas. Más de un 50% ha aumentado, por ejemplo, el precio del trigo, convertido ahora en una suerte de maná en la búsqueda de alternativas energéticas al petróleo sobre el que se sustenta el actual modelo de desarrollo.



Esa búsqueda furibunda de fuentes alternativas de energía se esconde, además, bajo el loable rótulo de “ lucha contra el cambio climático”. El problema es que lo que se apunta como solución sólo lo es a medias. Por el lado de los países desarrollados, la masiva utilización del cereal para la fabricación de agrocombustibles depara, como se está comprobando, la subida de los precios de la cesta de la compra. Y, por el lado de los países en desarrollo, el perjuicio es aún mayor, ya que la supervivencia de millones de personas que dependen del cereal para alimentarse se ve dificultada enormemente.



De nuevo, el derecho a la alimentación de millones de personas se vilipendia en pro de la prosperidad de una ínfima parte de la población mundial. Dos tercios de la población empobrecida de todo el mundo es campesina, y depende de la agricultura no sólo como fuente económica sino de sustento.



Una vez más, en suma, los encargados de sostener el desarrollo de una parte del planeta son los que, sin embargo, no pueden beneficiarse de tal desarrollo.



ALGUNOS DATOS

Se estima que la producción de cereales en Europa este año alcanzará los 1.653 millones de toneladas, mientras que el consumo se calcula en 1.670 millones. Un 6,5% del total irá destinado a la producción de biocombustibles, lo que supone más de 109 millones de toneladas.



Desde China, tradicional potencial productor, tampoco llegan noticias demasiado alentadoras: el calentamiento global acortará el período de crecimiento de algunos

cereales y sus semillas no tendrán tiempo para madurar, afirman fuentes del gobierno chino. Así que se calcula que, en una veintena de años, las cosechas menguarán en más de un 10%.



El aumento del precio del pan en España se calcula en unos cinco céntimos por barra. Los huevos y la leche han aumentado su precio en origen un 20%. Y los productores de carne de ave auguran 20 céntimos más por kilo de pollo limpio.