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Primeras conclusiones de Olivier de Schutter en su misión a China

Del 15 al 23 de diciembre de 2010 el Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación efectuó la primera misión a China de un experto independiente designado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para redactar un informe sobre el derecho a la alimentación en este país

Del 15 al 23 de diciembre de 2010 el Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación efectuó la primera misión a China de un experto independiente designado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para redactar un informe sobre el derecho a la alimentación en este paísEn un breve documento publicado al final de su misión, Olivier De Schutter resalta los logros de China pero también los desafíos que todavía quedan por resolver en lo que al derecho a la alimentación se refiere. Este documento presta una atención especial a la reducción de las superficies de cultivo y a la degradación masiva de los suelos. Estos factores ponen en serio peligro la capacidad del país para mantener sus niveles actuales de producción agrícola. Entre los múltiples desafíos a los que deberá enfrentarse China, se encuentra además la reducción de la brecha creciente entre el mundo rural y el urbano.

Según el relator, China ha realizado un importante progreso social y económico en las últimas tres décadas gracias a un conjunto de reformas económicas que se han traducido en impresionantes niveles de crecimiento y ha conseguido sacar a cientos de millones de personas de la pobreza; el número de personas que viven bajo el umbral de la pobreza ha disminuido de 652 a 254 entre 1981 y 2005. Sin duda la seguridad alimentaria se ha beneficiado sensiblemente de este progreso generalizado. El impulso de la agricultura realizada por más de 200 millones de pequeños agricultores ha permitido que el país alcance un nivel de autoabastecimiento de granos de al menos el 95 %.

No obstante, el relator señala en su informe preliminar que la disminución de la tierra cultivable y la degradación masiva de los suelos amenazan la capacidad que tiene el país de mantener sus niveles actuales de producción agrícola. "En las últimas décadas, China ha sido capaz de alimentarse a sí misma -lo que supone una quinta parte de la población mundial-. Sin embargo, la producción agrícola global de un país y la realización progresiva del derecho a la alimentación son dos cosas distintas. El derecho a la alimentación depende de si los ingresos de los que dispone una persona le permiten comprar alimentos. También supone que los sistemas alimentarios sean suficientemente sostenibles como para satisfacer las necesidades actuales sin que ello ponga en riesgo la capacidad del país de cubrir las necesidades futuras. Dos condiciones claras que hoy por hoy plantean dos desafíos igualmente evidentes”, advierte De SchutterAccede al informe preliminar (sólo en inglés)