Olivier de Schutter, relator especial de Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, ha alertado de la situación de grave riesgo de ocho países del SahelHasta el momento hay unos diez millones de personas afectadas en Chad, Mali, Mauritania y Níger, pero la preocupación también se extiende a Burkina Faso y Senegal, donde los gobiernos están analizando la situación, y a las regiones norteñas de Camerún y Nigeria. Estos países corren el riesgo de sufrir una crisis alimentaria debido a la sequía, las malas cosechas y el aumento de los precios de los alimentos en la región. En relación a los acontecimientos ocurridos el año pasado en la hambruna del Cuerno de África, el relator señaló que "no debemos esperar hasta que la gente esté famélica para empezar a actuar, el mundo debe actuar inmediatamente para evitar una crisis alimentaria a gran escala".
El bajo rendimiento de las cosechas unido al imparable ascenso del coste de los alimentos puede suponer durante la época de carestía "un desastre para millones de personas", que verán desplomarse su poder adquisitivo frente a unos precios astronómicos. "Estamos en el periodo inmediatamente posterior a la cosecha, cuando los precios deberían caer significativamente, pero en algunos casos continúan subiendo y en otros se estabilizan por encima de la media de los últimos cinco años", lamentó.
De Schutter mostró su satisfacción por la "rápida reacción" de la mayoría de los gobiernos, que ya han declarado el estado de emergencia y han solicitado asistencia internacional, y reclamó a la comunidad mundial "esa misma urgencia" para solucionar la crisis. Subrayó que la ayuda de emergencia a corto plazo, que es imprescindible en este momento, debe combinarse con acciones sostenidas a más largo plazo para hacer frente a la hambruna, incluyendo la adaptación al cambio climático.