Cuando se acepta que el Estado tiene el deber de proveer alimentos a la población pueden surgir dos debates sobre cómo hacerlo, uno sobre si proveer alimentos o hacer transferencias monetarias, y otro sobre si los alimentos deben prepararse o suministrarse como cereales. Este debate surgió en la India cuando se desarrollaba la ley de seguridad alimentaria, incluido en la publicación de la FAO Abastecimientos de alimentos por el Estado como Protección Social.
En la India se decidió donar alimentos aunque la ley deja abierta la posibilidad de hacer este cambio en el futuro. El país actualmente ofrece un suministro de cereales a través del Sistema Público de Distribución (PDS) y comidas preparadas para los/as niños/as, complementados por transferencias en efectivo a modo de prestaciones por maternidad para mujeres embarazadas.
Los detractores de suministrar los cereales a través del PDS consideran que es un método ineficiente que conlleva grandes pérdidas y argumentan que hay estudios que han confirmado que hay desviaciones de los cereales al mercado negro y gran derroche en el coste. Defienden que si las transferencias se hacen en efectivo éste lo reciben directamente en sus cuentas las personas que están bajo la línea de la pobreza que lo utilizan para comprar los alimentos o cereales, accediendo a una gama de productos más amplia y de mejor calidad y eliminando el despilfarro y los costos de almacenaje. Además con este método se pueden reservar los cereales para situaciones de emergencia y se evitan los costos de transferir alimentos en lugar de dinero.
Los que se oponen a transferir en efectivo argumentan que están en contra de sustituir la comida por dinero, ya hay algunas medidas de protección social a través de transferencias en efectivo como las prestaciones por maternidad y las jubilaciones. Aseguran además que las transferencias en efectivo pueden también sufrir irregularidades, que se han detectado en ocasiones, y que tiene que pasar mucho tiempo para que el dinero llegue a las personas que viven en regiones rurales remotas. Otra cuestión en contra de transferir dinero es que en ocasiones éste no se gasta en alimentos. Sin embargo el PDS asegura raciones de alimentos a precios constantes y no depende de las fluctuaciones de los precios de mercado. Gracias a este método la población rural está protegida al obtener de ella los cereales. Los críticos con el PDS consideran también que éste no incluye alimentos básicos como el mijo, las legumbres o el aceite, pero esto puede cambiar como han demostrado algunos estados de la India donde la voluntad política ha significado una reforma del PDS. Reformas que incluyen la expansión de la cobertura, la reducción de precios o la entrega de cereales en la puerta de los locales de racionamiento para permitir transparencia.
En relación al debate de si los alimentos se deben transferir como cereales o cocinados hay un consenso sobre la necesidad de un PDS bien gestionado para las transferencias de cereales a los hogares. Es un método que tiene décadas de experiencia y que ha sido el instrumento para apoyar a los agricultores, estabilizar precios y garantizar la provisión de cereales baratos a millones de familias.
Los debates en relación a transferir comidas preparadas se relacionan principalmente con la fortificación de los micronutrientes y la oferta comercial de alimentos complementarios a menores de tres años. Hay quienes defienden los alimentos cocinados porque consideran que sólo las fábricas de primer nivel pueden preparar comidas con los micronutrientes adecuados y otros sin embargo opinan que los grupos locales de mujeres pueden producir mejor alimentos complementarios y comidas recién preparadas para niños/as más mayores, que supondría mayor transparencia, responsabilidad local y comidas más equilibradas y apropiadas en términos culturales.