Durante el tercer día del curso “Hambre Cero: Es Posible” se ha apelado a la sociedad civil como actor en la lucha contra el hambre.
Se ha contado con la participación de Joan Ribó Canut, alcalde de Valencia, una de las ciudades españolas que ha suscrito el Pacto de Política Alimentaria Urbana de Milán. Joan Ribó ha realizado un análisis del hambre en el mundo, yendo desde lo más global hasta lo local. Ha recordado que para mejorar los sistemas alimentarios es necesario potenciar la agricultura familiar y que otro sistema agroalimentario distinto al predominante no sólo es posible sino que es necesario. Ha apuntado su preocupación por el uso de agrocombustibles, el consumo creciente de carne, el uso de semillas transgénicas, el acaparamiento de tierras o la especulación con materias primas alimentarias, algunas de las causas del hambre.
Ribó ha recordado el creciente número de personas que en las zonas pobres de las ciudades está sustituyendo la alimentación sana por comida rápida, una comida que no aporta los nutrientes necesarios para la vida y que conlleva diferentes peligros para la salud. Para luchar contra el hambre, Valencia ha incorporado en sus políticas diferentes estrategias que den la vuelta a esta realidad, tales como huertos urbanos y agricultura periurbana, usando para ello terrenos en los que se iba a edificar sin necesidad. También la lucha contra el hambre en Valencia ha llegado a los colegios, donde se fomenta una alimentación sana y sostenible. Durante la conferencia ha declarado, en respuesta a uno de los asistentes, que el ayuntamiento de Valencia no renovó su convenio con el Banco de Alimentos de la ciudad porque desean enfrentar el problema de la pobreza y del hambre de otra forma, fomentando un modelo basado en garantizar los derechos humanos en vez del asistencialismo.
En la segunda sesión de la jornada ha habido una mesa redonda sobre la participación de la sociedad civil en la lucha contra el hambre. En este debate han participado José María Medina, director de Prosalus, Marco Gordillo, coordinador de Campañas de Manos Unidas y Graciela Rico, Coordinadora de la Unidad de Apoyo Técnico y Acción Humanitaria de Cáritas Española. José María Medina ha señalado que la sociedad civil, que siempre en la historia ha estado detrás de las reivindicaciones de derechos humanos, llevan dos décadas reivindicando el derecho a la alimentación. Considera que la sociedad civil seguirá estando comprometida en la lucha contra el hambre y que es un importante actor capaz de transformar el orden social. Ha apuntado algunos de los factores estructurales del hambre como el uso de agrocumbustibles, el acaparamiento de tierra y agua o la especulación financiera con alimentos, pero considera que las organizaciones sociales pueden incidir en estos factores. Medina ha enumerado una serie de actos que todos/as podemos llevar a cabo si queremos luchar contra el hambre en primera persona, recogidos en la publicación “Hambre de justicia”.
Marco Gordillo ha considerado que en un mundo global cada problema social se relaciona con nuestro patrón de vida, por ello las campañas deben lanzarlas a una ciudadanía global. Las organizaciones sociales, ha apuntado, deben elaborar procesos de información que provoquen indignación, sólo así las personas se comprometerán con la causa. Para Gordillo el hambre es un tema de justicia, un problema político y no es sólo un tema regional sino que depende de la ciudadanía global al completo. Uno de los fines de las organizaciones sociales es informar para crear una sociedad sensibilizada y transformadora, por ello las organizaciones deben cumplir un papel de denuncia ante las injusticias. La forma de movilizar a la sociedad en la lucha contra el hambre es crear un proceso pedagógico para que la ciudadanía entienda el puente que existe entre las decisiones que tomamos y lo que sucede en el mundo, señalando que comprar es un acto político.
A mitad de la jornada se ha celebrado una conferencia extraordinaria abierta a todos/as los/as participantes de los cursos de verano, en la que Juan Cruz ha realizado una animada entrevista a Antonio Fraguas, más conocido como Forges, que ha explicado que con el 2% del presupuesto mundial de armamento se podría acabar con el hambre.