El 25 de octubre el Banco Mundial publicó el informe anual sobre su proyecto Doing Business (Haciendo Negocio), un ranking que ordena los países según la facilidad que tienen para atraer capital y hacer negocio.
Oakland Institute, un grupo independiente que reflexiona sobre políticas, aportando nuevas ideas para los problemas sociales, económicos y ambientales, analiza el trabajo del Banco Mundial y sus consecuencias para los más desfavorecidos.
Doing Business valora mejor a los países que favorecen los beneficios sobre los intereses de la ciudadanía. Por ejemplo España y Vientam son felicitados por abolir las tarifas de protección ambiental para las corporaciones. O países como Grecia o Guínea Ecuatorial, que atraviesan problemas financieros, sociales y de deuda, son reprendidos por aumentar los impuestos a las corporaciones.
Oakland Institute considera que tras la finalización en el 2002 de los Programas de Ajuste Estructural el Banco creó otras estrategias para impulsar lo mismo, es decir la liberalización de las economías y un menor intervencionismo de los Estados. Además del proyecto Doing Business ha creado el indicador Enabling the Business of Agriculture (EBA, Habilitación de Negocios de Agricultura), que incentiva a que los sectores agrícolas de los países del Sur adopten la producción a gran escala. Mientras que el Banco Mundial presenta el EBA como una estrategia que mejora la vida de los campesinos, la agroindustria lo utiliza para beneficiarse. Desde el año 2014 el Banco presenta el EBA en numerosas conferencias patrocinadas por la agroindustria, que comunica en su web a través del término “diálogo con las partes interesadas”.
Los/as trabajadores/as, agricultores/as y lo más pobres (la mayoría mujeres) son los/as más perjudicados con las políticas que fomenta y apoya el Banco, que priorizan al sector empresarial y debilitan las soberanía de los países. Una realizad que Oakland Institute examina y denuncia.