El Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH) aparece como un derecho derivado de los derechos nacionales, que recopila, unifica y universaliza aquellos derechos que se habían ido reconociendo durante el siglo XIX y primera mitad del XX de forma generalizada en los ordenamientos jurídicos nacionales. En este sentido, se suele reconocer que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en tanto que primer instrumento internacional que consagra un catálogo amplio de derechos y libertades con vocación de universalidad adoptado por la comunidad internacional en su conjunto, no crea ni descubre ni inventa los derechos que consagra, sino que los reconoce y los proclama a nivel internacional, ya que esos derechos, en su gran mayoría, existían previamente en los ordenamientos jurídicos de muchos Estados.
Sin embargo, en el caso del derecho humano a la alimentación adecuada, su nacimiento y desarrollo se ha producido a través del DIDH. Hasta su reconocimiento en la Declaración Universal y su consagración en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, no había sido claramente incorporado en ningún texto constitucional; la primera constitución en que aparece una mención explícita del derecho a la alimentación es la Constitución Política de la República de Panamá de 1972, que establecía en su art. 56 que "El Estado protegerá la salud física, mental y moral de los menores y garantizará el derecho de éstos a la alimentación".
Poco antes de la media noche del 10 de diciembre de 1948, después de casi tres años de gestación, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, reunida en París, aprobó y proclamó la Declaración Universal por 48 votos a favor, ninguno en contra y ocho abstenciones. Esa noche, en el recinto del Palacio de Chaillot, 56 Delegados de los 58 Estados integrantes en ese momento de las Naciones Unidas (ausentes las delegaciones de Honduras y Yemen), fueron protagonistas de un acontecimiento histórico, con un claro significado político y una profunda convicción moral: poner la primera piedra sobre la cual se alzaría la construcción del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, que hoy cuenta con más de un centenar de instrumentos.
Esa noche también se consagró por primera vez el derecho humano a la alimentación adecuada.