La FAO ha publicado el informe Agricultura familiar: de los conceptos a las políticas públicas en América Latina y el Caribe que se encuentra dentro de una serie de publicaciones titulada 2030/ Alimentación, agricultura y desarrollo rural en América Latina y el Caribe.
En el año 2011 la ONU definió que el año 2014 sería el ‘Año Internacional de la Agricultura Familiar’ y gracias a ello la agricultura familiar empezó a fortalecerse en muchos países, se reconoció su importancia para la seguridad alimentaria y para la producción sostenible de los alimentos. A partir de estas repercusiones y viendo que era importante fortalecer esta agricultura en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en el año 2018 la Asamblea General de la ONU declaró el periodo 2019 a 2028 como la ‘Década Internacional de la Agricultura Familiar’, de esta manera se potenciaba la importancia de su papel.
En esta publicación se discute la noción de agricultura familiar en la región, los desafíos que tiene y los riesgos, así como la importancia y los retos de los conceptos y tipologías que marcan la construcción de políticas públicas en la región. También se evalúan los avances y límites de la agricultura familia, las perspectivas y recomendaciones.
En 2017 la FAO y el Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatino) publicaron la Ley Modelo de Agricultura Familiar como base para la formulación de leyes y políticas públicas en la región. A partir de la difusión de la noción de agricultura familiar diversos países pasaron a conceptuar agricultura familiar y establecer leyes y registros de productores. Estas leyes determinan la definición de la agricultura familiar. Las diferencias de definiciones entre los países se deben a la historia del campesinado y al tipo de base política y social que el gobierno pretende beneficiar.
Las definiciones parten de tres criterios: acceso a la tierra y capital, uso de la fuerza de trabajo familiar y tener la agricultura/ganadería como principal fuente de la renta familiar, pudiendo ser complementada por otras actividades. El desafío de definir un concepto consiste en no hacer definiciones muy rígidas pero tampoco demasiado flexibles y amplias.
En la región ha habido tres generaciones de políticas que han afectado a la agricultura familiar y que tienen en común ser la respuesta a reivindicaciones de movimientos sociales del campo que lograron formar coaliciones para influir en decisiones públicas. La actual generación está configurada por políticas globales de desarrollo sostenible o territorial, de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN), de combate a la pobreza, de medio ambiente y de respuesta al cambio climático. No se orientan exclusivamente al segmento de la agricultura familiar.
Estas políticas han traído avances para la agricultura familiar: visibilidad y reconocimiento público, ser objeto de marcos regulatorios y de institucionalidades específicas o el acceso a nuevos recursos financieros. Aunque también la agricultura familiar sufre ciertas limitaciones y riesgos como que las políticas focalizadas apoyan generalmente una prevalencia para la producción y agricultura moderna o la cuestión de la tenencia de la tierra que sigue suscitando problemas.
Lo que se resalta en la publicación es que ahora mismo no es el momento más favorable para apoyar las políticas focalizadas en la amplia y diversa categoría de la agricultura familiar y campesina. La crisis ha provocado una reducción de recursos públicos y el apoyo suele ir destinado a agricultura exportadora o proveedora de divisas. Por ello se lanzan una serie de recomendaciones como:
- Adaptar soluciones, dada la diversidad de la agricultura familiar, a partir de un “mix” de políticas públicas, incluyendo medidas transversales multisectoriales.
- La articulación entre políticas para la agricultura familiar y otras políticas temáticas, como las ambientales o de alimentación y SAN, puede generar sinergias y ampliar su alcance.
Las políticas de tercera generación son importantes para los tiempos actuales, los gobiernos conservadores y neoliberales, dejan poco espacio para apoyos a la agricultura familiar. Las propias organizaciones internacionales evitan apoyar a la agricultura específicamente, pero a través de las políticas globales, estas organizaciones pueden mantener un apoyo indirecto.
El objetivo principal para la FAO sigue siendo fortalecer la inserción institucional o socioeconómica con el fin de contribuir a generar más autonomía, económica y jurídica, para los agricultores familiares.