El artículo “Las transiciones agroecológicas: múltiples escalas, niveles y desafíos” de Pablo Tittonell hace un novedoso análisis sobre el desarrollo de la agroecología. En este artículo se plasma que transitar hacia una producción de alimentos siguiendo los principios de la agroecología implica varias transiciones simultáneas a diferentes escalas, niveles y dimensiones.
Conceptualmente, según este artículo, la agroecología se ve como una innovación, sin embargo las prácticas de la agroecología no son recientes, fueron desarrolladas por la mayoría de los pueblos originarios en diferentes regiones del mundo. Entendiendo la agroecología como una innovación, el objetivo de este artículo es proponer elementos teóricos provenientes de campos disciplinarios diversos, desde la ecología o la teoría del socio-ecosistema hasta la ciencia de la innovación, para analizar las trayectorias de transición agroecológica a diferentes escalas y niveles.
El artículo propone abordar la transición agroecológica como una sucesión de innovaciones emergentes y analiza las etapas de la transición técnico-institucional. La transición puede ser descrita como una secuencia de fases: pre-desarrollo, despegue, irrupción y estabilización. El despegue ha venido favorecido por la actividad de los movimientos y las organizaciones sociales, incluyendo a productores/as y consumidores/as, y por un apoyo creciente a partir de los organismos del Estado.
La etapa de estabilización, se limita por el contexto, por las tecnologías disponibles, por las políticas públicas, por las cadenas de valor convencionales y por el sistema agroalimentario hegemónico. Pero la transición no es solo una, son múltiples. La transición técnico-productiva está altamente asociada con los cambios en las prácticas de manejo, como se ilustra en el ́decálogo ́ de principios para la transición presentado en artículo. Muchos productores, sin saberlo, pueden hacer uso de prácticas agroecológicas, por ello el punto de partida no es siempre el modelo de producción.
Habría también una transición denominada ‘socio-ecológica ́ que es la que tiene lugar a nivel de la explotación y la familia rural y también a escala de paisaje y territorio. Esta transición es la que aporta la resiliencia al sistema y opera sobre la estructura y funcionalidad del mismo. La motivación de este cambio puede deberse a estímulos externos, como las oportunidades de mercado o las legislaciones, o puede ser una motivación intrínseca, asociada con las aspiraciones de las familias productoras.
La transición político-institucional tiene lugar a escala territorial, regional o nacional, y está vinculada a los otros dos niveles de transición. Se da a partir de oportunidades o regulaciones. Puede ser el resultado de la implementación de políticas públicas o de las reglas que emergen de los sectores de la distribución y el comercio. También puede ser impulsada por la acción colectiva que canaliza demandas sociales. Esta transición, según justifica el artículo, es la que puede suponer una verdadera transformación de los sistemas productivos y del sistema agroalimentario en su conjunto.
La optimización, la sustitución de insumos, el rediseño y la transformación describen grados de avance en la transición pero no tienen que ser secuenciales. Las transiciones agroecológicas pueden ser disruptivas y no solo transicionales, sino directamente transformacionales.
Para concluir este estudio, el artículo considera que en la actualidad existen posiciones encontradas entre los enfoques productivos y/o ecológicos y los enfoques sociopolíticos. Pero este análisis de diferentes escalas y dimensiones de la agroecología permite constatar que ambas visiones no se contraponen y, por el contrario, pueden ser complementarias. No es posible pensar en transiciones ecológicas sin transiciones sociales, ni en transiciones productivas sin transiciones político-institucionales.