El pasado 6 de diciembre se celebró en Madrid en la Zona Verde de la Cumbre del Clima 2019 la mesa “Desafío climático en el sector agroalimentario: ideas innovadoras del sector en materia de cambio climático”, para ser punto de encuentro y debate del sector ante el cambio climático. El acto fue organizado por la Red Española del Pacto Mundial y tuvo como moderadora a su directora ejecutiva, Cristina Sánchez.
En la mesa participaron: Alberto Herranz, director de Interporc; Josefa de León, directora de competitividad estratégica del Grupo Agroamb; Yolanda Fernández, directora de RSC y comunicación externa de Auchan Retail España; José María Medina, director de Prosalus; y Mariví Sanchez, directora de RSC y comunicación de Grupo Calvo.
Los representantes de las empresas enumeraron las diferentes iniciativas que se están implementando en sus negocios para ser más sostenibles para el planeta. Así, Alberto Herranz contó que en Interporc se mide la huella hídrica y los gases de efecto invernadero que producen y han reducido un 47% las emisiones de amoniaco. Yolanda Fernández señaló que desde Auchan llevan años revalorizando los residuos y destinan los desechos orgánicos para hacer comida de animales o realizar compost y evitar así producir emisiones de metano. El Grupo Calvo tiene como objetivo lograr el residuo cero, actualmente revalorizan el 96% de sus residuos, han conseguido también reducir el uso de plásticos en sus oficinas de trabajo eliminando el uso de 16.000 botellas de plástico al año y desde hace tiempo no descartan el pescado en alta mar, una práctica que afecta al ecosistema marino y que aumenta el despilfarro de alimentos. Estas son algunas de las estrategias que las diferentes empresas están llevando a cabo para impulsar la Agenda 2030 y promover un planeta más sostenible.
Por otro lado, José María Medina explicó que, de las emisiones causadas por la acción humana, entre el 20 y el 30% son provocadas por el sistema agroalimentario, que acapara además casi un 70% de consumo de agua dulce del planeta. Estos datos nos hablan de la necesidad de realizar con urgencia una transición agroalimentaria en la que deben estar implicados todos los actores de la cadena alimentaria, con un papel destacado del Estado, que, ejerciendo su potestad regulatoria, puede establecer incentivos y desincentivos que ayuden a impulsar esta transición. José María señaló además la importancia de recuperar la dieta mediterránea, más sostenible y saludable y habló de cómo el cambio climático afecta directamente al derecho a la alimentación, mencionando que la agricultura es uno de los sectores que más está sufriendo las consecuencias del cambio climático y que el 75% de las personas que sufren inseguridad alimentaria en el mundo viven en el ámbito rural y generalmente dependen de la agricultura. También Josefa de León puso el foco de su diálogo en los agricultores/as comentando que, al estar su trabajo mal remunerado, gran parte del sector se ve obligado a producir a gran escala, un tipo de agricultura que genera una mayor presión sobre los recursos naturales y perjudica negativamente al planeta.
José María Medina recordó que los alimentos no pueden considerarse simplemente una mercancía más ya que sirven para realizar un derecho humano fundamental, como es el derecho a la alimentación y a estar protegido contra el hambre, y Mariví Sánchez enfatizó que cada compra que hacemos es un voto, por eso, como consumidores/as y ciudadanos/as podemos hacer mucho para transformar este sistema alimentario. Tenemos el poder de elegir qué alimentos consumimos, cómo y dónde están producidos y el impacto social y medioambiental que tiene lo que estamos consumiendo.