En 2024 se cumplen 20 años de la aprobación de las Directrices voluntarias en apoyo de la realización progresiva del derecho a una alimentación adecuada en el contexto de la seguridad alimentaria nacional, que se elaboraron y aprobaron para proporcionar orientación práctica a los Estados sobre cómo hacer efectivo el derecho a una alimentación adecuada mediante la elaboración de estrategias, programas, políticas y legislación.
Las Directrices anticiparon la urgencia de los desafíos mundiales más acuciantes a los que se enfrentan los países hoy en día para lograr un desarrollo sostenible. En un mundo complejo, con retos que cambian y son cada vez mayores, las Directrices resultan más pertinentes que nunca. Nos recuerdan la importancia de la cooperación y la colaboración internacionales para lograr el bien público colectivo de la erradicación del hambre, la malnutrición en todas sus formas, la pobreza y la desigualdad. Su plena implementación contribuye a los esfuerzos por cumplir la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Los últimos cinco años han sido particularmente difíciles debido a la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), el aumento del hambre y la malnutrición en todas sus formas, el incremento de las desigualdades, la guerra y la crisis asociada al aumento del coste de la vida. Los gobiernos y otros actores han implementado respuestas innovadoras en todo el mundo.
Veinte años después, es momento de hacer balance de los avances realizados en base a la Directrices y examinar las conclusiones principales. El Equipo del Derecho a la Alimentación de la FAO y el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) invitan a las partes interesadas a participar en esta consulta online que contribuirá a informar sobre los esfuerzos realizados para hacer efectivo el derecho a una alimentación adecuada a nivel local, nacional, regional o mundial, y constituirán una oportunidad importante para que los países y su población hagan balance.
Concretamente, la invitación señala cuatro ámbitos principales:
- Compartir sus experiencias y buenas prácticas sobre la realización del derecho a la alimentación para todas las personas, en todo momento.
- Identificar las carencias, limitaciones y desafíos en la realización del derecho a la alimentación o en la implementación de las Directrices sobre el derecho a la alimentación.
- Compartir las enseñanzas adquiridas y sugerir recomendaciones para mejorar la realización del derecho a una alimentación adecuada.
- Próximos pasos: ¿hay algún plan concreto para utilizar y aplicar las Directrices (en el futuro)?