El Informe mundial 2021 sobre crisis alimentarias (GRFC 2021) destaca la gravedad y el número notablemente altos de personas en crisis, emergencia o hambruna en 55 países y territorios, impulsados por conflictos persistentes, preexistentes y shocks económicos relacionados con COVID-19 y fenómenos meteorológicos extremos. El número identificado en la edición de 2021 es el más alto en los cinco años de existencia del informe.
Si bien los conflictos continúan desplazando a las personas, perturbando los medios de vida y dañando las economías, la pandemia de COVID-19 y las medidas de contención relacionadas han exacerbado los factores de fragilidad preexistentes, ampliando las desigualdades y las vulnerabilidades estructurales de los sistemas alimentarios locales y mundiales, afectando a los hogares económicamente más vulnerables.
El GRFC 2021, una iniciativa de la Red Global contra las Crisis Alimentarias, facilitada por la Red de Información sobre Seguridad Alimentaria (FSIN) y sus 16 socios globales y regionales, proporciona una descripción general de las crisis alimentarias en 2020 utilizando estimaciones de inseguridad alimentaria aguda para poblaciones en países / territorios donde los datos se basan en la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC). Se enfoca en crisis donde las capacidades locales para responder son insuficientes, lo que genera una solicitud de movilización urgente de la comunidad internacional, así como países / territorios donde existe amplia evidencia de que la magnitud y severidad de la crisis alimentaria exceden los recursos locales y capacidades necesarias para responder con eficacia.
El GRFC 2021 estima que al menos 155 millones de personas padecían inseguridad alimentaria aguda y necesitaban asistencia urgente en 2020 en 55 países / territorios que solicitaron asistencia externa, el nivel más alto en los cinco años de informes GRFC. Representa un aumento de casi 20 millones de personas desde 2019.