El proyecto The Real Junk Food Project (TRJFP) se inició en Diciembre del 2013 a partir de la idea de un chef de Yorkshire, Adam Smith, que fue testigo de la gran cantidad de alimentos que son desperdiciados después de haber trabajado en una granja en Australia. A su regreso a Reino Unido decidió abrir, junto a dos estudiantes universitarios, un café que utilizara como recurso el despilfarro de alimentos. Este primer restaurante se inauguró en Leeds y ha supuesto la proliferación de una red de cafés similares por todo Reino Unido (Londres, Manchester, Brighton…).
TRJFP pretende crear conciencia sobre la cantidad innecesaria de residuos que se producen a partir de los alimentos que se derrochan. En un mundo en el que más de 800 millones de personas se van con hambre cada día a la cama es complicado entender que alrededor del 30% de los alimentos que se producen para consumo humano se pierdan o desperdicien.
Tres mil personas acuden a estos restaurantes, gestionados por voluntarios, que rescatan unos 10.000 kg de comida que de lo contrario acabarían en la basura. Muchos de los alimentos desperdiciados no están en malas condiciones, generalmente son verduras y frutas que no son lo suficientemente “atractivas” para ser comidas o alimentos retirados de los comercios porque cumplen estrictas leyes de etiquetado.
Los restaurantes que forman este proyecto siguen la filosofía “Pay as you feel” importada de la iniciativa de la organización social “Lentil As Anything” de Melbourne, donde el comensal decide qué paga por la comida que se le ha ofrecido en función de la experiencia que ha tenido y de su situación económica.
Puede que la solución definitiva al exagerado desperdicio de alimentos no sea la creación de esta red de restaurantes, pero esta alternativa llama la atención sobre un problema cuya solución debe nacer del conjunto de actores de la cadena alimentaria, especialmente de los gobiernos, distribuidores y productores.