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Críticas por la donación de transgénicos hecha por Monsanto a Haití

En un artículo escrito el pasado 10 de mayo por el sacerdote Jean-Yves Urfié se denunciaba la donación de semillas transgénicas que estaba realizando la transnacional Monsanto  a los agricultores del país

En un artículo escrito el pasado 10 de mayo por el sacerdote Jean-Yves Urfié se denunciaba la donación de semillas transgénicas que estaba realizando la transnacional Monsanto  a los agricultores del país“La empresa transnacional Monsanto está ofreciendo  un regalo mortal de 475 toneladas de maíz transgénico, junto con fertilizantes asociados y pesticidas, que serán entregados gratuitamente por el Proyecto Winner (vencedor en inglés), con el respaldo de la embajada de Estados Unidos en Haití”, alertó Urfiè. Según él, la multinacional Monsanto ya comenzó a distribuir las semillas de maíz transgénicas en las regiones de Gonaives, Kenscoff, Pétion-Ville, Cabaré, Arcahaie, Croix-des-Bouquets y Mirebalais.

Según información difundida por ALAI, la fuerte repercusión de esa denuncia obligó al Ministro de la Agricultura de Haití, Joana Ford, a convocar a una rueda de prensa el pasado día 12 de mayo en Puerto Príncipe. “Haití no tiene la capacidad para administrar los OGM (Organismos Genéticamente Modificados)” afirmó el Ministro Ford antes de desmentir que la donación de Monsanto sea de maíz transgénico. “Nosotros tomamos todas las precauciones antes de aceptar la oferta hecha por la multinacional Monsanto para hacer una donación de 475.947 kg de semillas de maíz híbrido y 2.067 kg de semillas de hortalizas. Debemos mencionar también que, en ausencia de una ley que reglamente la utilización de Organismos Genéticamente Modificados en Haití, no puedo permitir la introducción de semillas ‘Roundup Ready’ o cualquier otra variedad de transgénicos”, enfatizó el Ministro.

Según Ford, las semillas híbridas ofertadas por Monsanto son adaptadas a las condiciones tropicales de Haití. La donación forma parte de una campaña del Ministerio de Agricultura para reactivar el sector agrícola después del terremoto del 12 de enero. Para ello, informa el Ministro, más de 65 mil hectáreas de tierra están siendo beneficiadas con tractores que preparan el suelo, fertilizantes, pesticidas y formación para los agricultores.

La donación de las 475 toneladas de semillas híbridas puede ser promocionada como una acción de generosidad de la transnacional con el pueblo haitiano. Sin embargo, si se analizan las condiciones en las que esta donación ha sido efectuada, no parece ser ésta la conclusión.El lucro de Monsanto en el primer trimestre del año tuvo una caída del 19%. Según el director ejecutivo de la transnacional, Hugh Grant, el principal motivo de esta caída fue la disminución en las ventas de herbicidas y productos químicos.

En una conferencia con analistas a inicios de abril, Grant afirmó que no podría recurrir al incremento de precios para revertir esta caída, ya que los agricultores no parecen dispuestos a pagar precios más altos por las nuevas líneas de semillas transgénicas, algunas de las cuales son dos veces más caras que las variedades más cultivadas hoy. Al no ser posible subir el precio de sus productos, la única salida para la Monsanto es revertir la caída en su tasa de ganancia con la apertura de nuevos mercados consumidores.

Lo que no ha sido dicho ni por parte de Monsanto ni por el Ministerio de Agricultura haitiano, es que esas semillas híbridas de maíz sólo podrán cumplir sus promesas de productividad y adaptación al clima tropical haitiano si son tratadas con herbicidas, fertilizantes y productos químicos específicos, que no por casualidad son producidos por la propia Monsanto. Eso significa que los agricultores haitianos que reciban las semillas híbridas sólo conseguirán volverlas productivas si adquieran los herbicidas y fertilizantes de la Monsanto.

Además, las familias campesinas no podrán reaprovechar las semillas que broten de ese maíz, ya que una de las características de las semillas híbridas es que sólo su primera generación es adecuada para la siembra. Si quisieran continuar produciendo en la próxima siembra, los campesinos tendrían que comprar nuevas semillas de la Monsanto.

A ese ritmo, con el aumento del consumo de semillas y, consecuentemente, de herbicidas, fertilizantes y productos químicos de la Monsanto, la previsión del sacerdote Jean-Yves Urfié podrá volverse realidad: “Pronto, habrá sólo semillas de Monsanto en Haití. Entonces, será el fin de la independencia de los agricultores”.