Desde hace 6 años la Bóveda Global de Semillas de Svalbard ( Svalbard Global Seed Vault) recibe y almacena semillas procedentes de todas partes del mundo. La instalación, situada en una isla del Círculo Polar Ártico, alberga exactamente 820.619 variedades de semillas y tiene capacidad para guardar hasta 4,5 millones de muestras.
Esta bóveda fue financiada y creada por el gobierno de Noruega y por el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos que organizan y financian el envío de semillas desde los países. En su momento fue inaugurada por el anterior Primer Ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, y por la ganadora del Nobel de la Paz Wangari Maathai, que estuvo encargada de depositar las primeras semillas en esta cámara excavada en una montaña del Ártico.
La Bóveda Global de Semillas de Svalbard fue creada para proteger la biodiversidad de semillas del planeta, esencial para la producción de alimentos. La diversidad poco a poco se está perdiendo, ya que estamos acostumbrándonos a depender de un número muy reducido de variedades de frutas, verduras y granos de alto rendimiento que está suponiendo la desaparición de muchas otras especies y variedades.
Esta cueva, además de proteger la diversidad, permitiría reiniciar la producción agrícola en caso de que se produjese un gran catástrofe natural o causada por el hombre. Existen muchas universidades e institutos de investigación que tienen sus propios bancos de genes de los cultivos, pero a diferencia de esta bóveda son vulnerables a desastres naturales o conflictos bélicos. La cámara además contempla el cambio climático, ya que si los sistemas de refrigeración fallasen, las bóvedas permanecerían congeladas de forma natural hasta 200 años.
La compañía NordGen administra la bóveda y ofrece en Internet una base de datos pública con las muestras de semillas que están almacenadas y clasificadas, y que son copias de muestras almacenadas en genebanks. Las muestras, de variedades poco frecuentes, se introducen en paquetes con tres capas de aluminio cerrados herméticamente y se guardan rodeadas por muros de un metro de ancho.
La Bóveda Global de Semillas funciona como un banco, Noruega es la propietaria de la instalación pero las semillas son propiedad de los depositantes, no hay transferencia de propiedad y se pueden almacenar en la cueva de manera gratuita. La condición imperante es que sólo se podrá recurrir a ellas en caso de que el resto de semillas se agotasen o destruyesen.