Según representantes de la campaña, el Doing Business Report (DBR) has ido utilizado durante años por el Banco Mundial para impulsar cambios normativos y normativos favorables a empresas y corporaciones, clasificando a los países según la "facilidad para hacer negocio", pero sin atender a sus impactos sociales y ambientales.
A final de agosto el Banco Mundial ha anunciado que suspenderá el DBR después de una serie de "irregularidades" encontradas con respecto a los datos utilizados en los informes de 2018 y 2020. El Banco realizará una "revisión y evaluación sistemática de los cambios de datos" y ha movilizado su función independiente de auditoría Interna para "realizar una auditoría de los procesos de recolección y revisión de datos". Según la campaña Our land Our business, esta suspensión, que podría significar el final de casi veinte años de la DBR, es una buena noticia para la gente, el clima y el planeta.
Desde el lanzamiento de DBR en 2002, el Banco Mundial clasifica a los países según la "facilidad de hacer negocios ", es decir, sobre cambios regulatorios y reformas que resultan más atractivos para los inversores privados. Estos cambios incluyen la reducción de procedimientos administrativos, de impuestos a las empresas, de salvaguardias ambientales, normas sociales y laborales, y eliminación de restricciones al comercio y los negocios.
The Oakland Institute ha documentado ampliamente el impacto desastroso de estos cambios regulatorios a nivel de país en decenas de países. "El Informe Doing Business genera una insidiosa carrera donde los responsables políticos de todo el mundo compiten en ser más atractivos para los inversores privados en lugar de proteger el medio ambiente y el bienestar de sus ciudadanos ", dijo Frédéric Mousseau, director de políticas del Oakland Institute. "Pero aún peor es la manipulación política de los datos, según lo revelado en 2018 por el entonces economista jefe del banco, Paul Romer, quien expuso cómo el DBR era utilizado para apoyar a los gobiernos de derecha en Chile y para socavar regímenes progresistas y, finalmente, la democracia " continuó Mousseau.
La suspensión del DBR es una buena noticia para la campaña Our Land Our Business, compuesta por más de 280 organizaciones de más de 80 países, que exigen el final de la clasificación del DBR. Según la campaña, este programa del Banco Mundial, enfocado en promover los intereses corporativos, fomenta prácticas destructivas en lugar de políticas que pongan a las personas y planeta primero. Las preocupaciones de la sociedad civil están respaldadas por un panel de expertos que recomendó poner fin a las clasificaciones de países del DBR en 2013. Observando la falta de evidencia científica que respalde los indicadores, el panel criticó el DBR por no tener en cuenta los aspectos socioeconómicos de la regulación, incluida la protección del medio ambiente y la seguridad y protección de los trabajadores. Sin embargo, sus recomendaciones fueron descaradamente ignoradas por el Banco.
"Durante casi dos décadas, el Banco ha ejercido felizmente su influencia y poder para impulsar su agenda pro-empresarial entre los gobiernos alrededor del mundo, ignorando deliberadamente la devastación social, económica y ambiental que ha creado. El mundo necesita políticas de desarrollo que sirvan a las personas, no políticas que se centren en el crecimiento económico a toda costa. Independientemente de los hallazgos de la revisión y auditoría internas, las clasificaciones de empresas del DBR son fundamentalmente defectuosas y deben ser permanentemente eliminadas", dijo Anuradha Mittal, directora ejecutiva de The Oakland Institute.