Amigos de la Tierra ha publicado un breve informe bajo el nombre El cambio climático y el derecho a la alimentación donde se hace un análisis de cómo está afectando el cambio climático al derecho a la alimentación, cómo algunas prácticas de la agricultura impulsan este cambio climático y recoge también una serie de conclusiones que lanzan a los gobiernos y a la acción internacional para luchar contra el cambio climático y proteger el derecho humano a la alimentación.
Los alimentos son un recurso vital para el ser humano por ello el derecho a la alimentación está reconocido a nivel internacional, sin embargo actualmente hay más 800 millones de personas sin acceso a una alimentación adecuada. Habiendo alimentos suficientes para toda la población mundial, el hecho de que no todas las personas puedan alimentarse es consecuencia de una distribución desigual y de problemas de acceso.
El cambio climático está suponiendo que en muchas partes del mundo se estén dando fenómenos naturales extremos (altas temperaturas, sequías, inundaciones…) que impiden o al menos dificultan el suministro de alimentos para toda la población. La agricultura a gran escala produce importantes emisiones de gases de efecto invernadero (GEI): la producción de insumos como los fertilizantes, la propia producción de la agricultura, el transporte, la post-producción, la refrigeración, etc. contribuyen a un 19%-29% de todas las emisiones de GEI. Y las emisiones procedentes de la deforestación por la demanda del sector agrícola o para cultivar agrocombustibles van en aumento. Apoyar una agricultura basada en la sostenibilidad es la única manera de alimentarnos sin dañar el medio ambiente.
Es evidente por tanto que el cambio climático ya está afectando al derecho a la alimentación, por ello los gobiernos deben llevar a cabo medidas que mitiguen este cambio climático global. Amigos de la Tierra, junto a otras organizaciones, hacen una serie de peticiones a los
negociadores del clima, que se reunirán en París a final de este año 2015:
- Reconocer el derecho a la alimentación como un resultado central de las negociaciones sobre el clima. Y reconocer el derecho a los recursos necesarios para la producción de alimentos (tierra, agua, semillas, bosques y zonas de pesca), así como proteger los derechos de los pequeños productores.
- Minimizar los impactos del cambio climático en el acceso a alimentos y agua.
- Proporcionar un mayor apoyo para la adaptación de las regiones vulnerables y del sector agrícola y apoyar las prácticas que crean y mejoran la capacidad de resiliencia (como las prácticas agroecológicas).
- Los programas financieros deben garantizar el derecho a la alimentación, proporcionando el apoyo financiero necesario para prevenir y compensar las pérdidas y los daños en el sector agrícola.
- Evitar soluciones falsas o perjudiciales. Deben asegurarse de que no empeora la inseguridad alimentaria de los países del Sur como resultado de las medidas de mitigación del cambio climático (como los mandatos de agrocombustibles).
- Reconocer y actuar sobre las consecuencias de las dietas altas en carbono, en particular el papel de la producción y altos niveles de consumo de carne. Reducir las emisiones agrícolas de metano (ganado), óxido nitroso (fertilizantes), así como la deforestación. Aumentar la conciencia sobre los impactos climáticos de alimentos de alto impacto, como la carne, y ayudar a las empresas y las personas a cambiar su comportamiento. También se debe abordar el problema de la pérdida de alimentos y residuos.