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El debate sobre la migración rural reconoce la compleja relación entre migración, agricultura y desarrollo rural

La formulación efectiva de políticas puede ayudar a mitigar las causas que conducen a la población a abandonar las comunidades rurales
Portada del debate sobre migración y desarrollo rural

La FAO ha publicado una breve nota informativa de las discusiones realizadas por el Foro Global sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición sobre este tema; en este caso 28 países participaron en una discusión en línea sobre el borrador inicial anotado de la edición de 2018 de El estado de la alimentación y la agricultura (SOFA) durante los meses de septiembre y octubre del 2017. El texto recoge una visión actual de lo que la migración supone, un fenómeno que está creciendo y que se traduce en un mayor interés por conocer cuáles son sus causas y consecuencias, y cómo las comunidades de origen y destino se ven afectadas.

Hay diferentes tipos de migraciones, aunque actualmente mayoritariamente se están produciendo dentro de los propios países. En 2017, se estima que la migración internacional supuso el desplazamiento de 258 millones de personas, mientras que la migración interna involucró a 763 millones. Para la FAO, la migración rural despierta un especial interés ya que se relaciona directamente con el hambre, la seguridad alimentaria, la agricultura, el desarrollo rural y el uso de recursos.

Las personas migrantes generalmente viven la migración como la elección que les llevará a salir de la pobreza o conflicto. Las causas de la migración son motivadas por: la  pobreza extrema, y la inseguridad alimentaria, la falta de empleo, la falta de acceso a la protección social, el agotamiento de los recursos naturales, los conflictos, la falta de acceso a servicios como la educación o la asistencia sanitaria, la demanda de trabajadores estacionales o por una  política nacional inadecuada. 

La migración puede traducirse en una mejora para las comunidades rurales aunque también éstas pueden sufrir un retroceso e impacto negativo. La migración rural puede conllevar por ejemplo escasez de mano agrícola. O, como normalmente las personas que migran son los hombres, las mujeres y niños pueden quedarse atrás y por lo tanto se puede dar un incremento del trabajo infantil y con ello un aumento de los riesgos para la seguridad y el desarrollo infantil. Otro problema es que en muchas ocasiones los migrantes que proceden del mundo rural suelen enfrentarse en su nuevo destino a la inseguridad alimentaria y a la pobreza y no pueden apoyar a sus comunidades de origen.

Por otro lado, en buenas circunstancias la migración rural puede suponer una fuente adicional de ingresos para el lugar de origen, una disminución de la presión sobre los recursos naturales del campo, un aumento de la fuerza de trabajo en la comunidad de destino, etc.

Al igual que con otras realidades sociales, las políticas tienen la capacidad de mitigar las causas que provocan a la migración y aumentar los beneficios de las migraciones para ambos contextos. Para la implementación de estas, es primordial considerar al migrante como algo más que mano de obra,  la persona que migra es un individuo con capacidades y expectativas. Las normativas deben valorar cómo la seguridad alimentaria se ve afectada por factores como el derecho a la tierra o la atención sanitaria.