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En Francia los supermercados no podrán tirar comida a la basura

Una disposición incorporada en la Ley de Transición Energética obligará a las grandes superficies a donar los alimentos en lugar de depositarlos en la basura
Portada del informe sobre desperdicio alimentario elaborado por el diputado francés Guillaume Garot

En Francia a partir del 1 de julio del año 2016 los supermercados de más de 400 metros cuadrados no podrán desechar los productos perecederos. Éstos deberán ser donados a organizaciones dedicadas a la alimentación animal o a la fabricación de abonos.

Este hecho se hará realidad gracias a una enmienda a la Ley de Transición Energética que ha sido aprobada unánimemente por la Asamblea Nacional. La enmienda viene de la mano del exministro delegado socialista de Agricultura Guillaume Garot que ha manifestado desde hace tiempo su preocupación por el despilfarro de comida. Garot presentó en octubre pasado un amplio informe sobre este problema al primer ministro Manuel Valls.

El Ministerio de Ecología francés ha estimado que en este país cada persona tira a la basura 20 kilos de comida al año. Ese despilfarro de alimentos no sólo es una cuestión poco ética sino que es perjudicial para nuestro medio ambiente: el total de los alimentos desperdiciados a nivel mundial producen 3.3 gigatoneladas equivalentes de dióxido de carbono al año.

Francia mostró su preocupación por este problema hace cinco años cuando puso en marcha un grupo de trabajo sobre el tema. Las conclusiones que asumieron son parecidas a las que se han introducido ahora en la ley y que en un futuro pretenden comprometer a toda la cadena de producción y distribución alimentaria. Comprometer a toda la cadena sería lo óptimo ya que las grandes superficies representan sólo una parte del despilfarro de comida, que también se da en el camino que recorre el alimento del campo a la tienda y en los hogares.