El Grupo de Trabajo sobre Nutrición del Foro Global para los Servicios de Asesoría Rural (GFRAS), del cual la FAO es miembro, invitó el pasado verano a reflexionar sobre el papel que pueden desempeñar los servicios de extensión y asesoría agraria (AEAS, por sus siglas en inglés) para reducir las desigualdades de género y mejorar la nutrición.
Esta discusión titulada “¿Qué papel puede desempeñar los servicios de extensión y asesoría agraria en lograr la igualdad de género y la mejora de la nutrición?” contó con la participación de 26 países y de ella se obtuvieron 64 contribuciones que la FAO recoge en un texto resumen. Este texto clarifica y enumera las oportunidades, los desafíos y limitaciones que tienen los AEAS para promocionar la igualdad de género. También recopila las acciones concretas que se pueden llevar a cabo y los ejemplos de diferentes países que han tenido experiencias positivas en este proceso.
En las últimas décadas, el rol de los AEAS ha cambiado, ha pasado de un modelo de transferencia de tecnología orientado a la producción a poner mayor énfasis en objetivos de desarrollo más amplios. En este contexto nace el potencial de los AEAS para promover la igualdad de género y el apoyo a las intervenciones nutricionales.
Las mujeres son una parte importante de la mano de obra agrícola, ganadera y del comercio. Pero se enfrentan a retos que tienen que ver con su condición de mujer, tienen limitado el acceso a recursos, servicios, tecnologías, formación y su poder y capacidad de toma de decisiones en muchos contextos es muy limitado.
Sin embargo, las experiencias demuestran que empoderar a las mujeres y fomentar la igualdad en el hogar y en la comunidad se traduce en una mejor producción, en un mayor desarrollo y, en consecuencia, en una mejora en la nutrición para toda la población.
El personal de los AEAS que interactúa con los agricultores y grupos de mujeres tiene la posibilidad de capacitarlos sobre género y nutrición. Durante la discusión los participantes sugirieron una serie de acciones que los AEAS deberían llevar a cabo, como adoptar un enfoque integral que tenga en cuenta todas las etapas de la cadena de valor y que considere a toda la familia; que participen un número mayor de mujeres extensionistas; o que las AEAS contacten directamente con las mujeres. En particular se señaló que se debe apoyar el empoderamiento de los/as jóvenes como un punto clave en la mejora de la nutrición.
A la vez que las oportunidades surgen también una serie de retos a superar, como la falta de apoyo institucional o la falta de participación del sector privado, así como la ausencia de medios de transporte que permitan que los agricultores lleguen a las zonas más remotas, entre otros.
El documento incluye ejemplos de buenas prácticas de diferentes países que han abordado con éxito las desigualdades de género y la nutrición, como Camerún, Etiopía o Sri Lanka.