Según el Panel Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles (iPES FOOD), la crisis hace aflorar las fragilidad y desigualdades subyacentes de los sistemas alimentarios a nivel global. La salud y la alimentación son bienes públicos globales cuya provisión se ve en peligro con la crisis sanitaria en buena medida porque ha habido una infravaloración e infraprotección de estos bienes públicos durante mucho tiempo. La cris s nos hace ver que los alimentos no son un commodity más.
Las reacciones frente a la crisis, tanto de las comunidades como de las autoridades públicas, pueden ayudar a construir sistemas alimentarios más resilientes, pero esto requiere grandes transformaciones a múltiples niveles, transofmraciones que pongan el foco en la salud de las personas y del planeta.
El comunicado de iPES FOOD llama la atención sobre lo que nos está diciendo esta crisis respecto a los sistemas alimentarios en varios aspectos:
- El modelo de agricultura industrial está llevando a una degradación del habitat y creando condiciones para el surgimiento y propagación de virus.
- La resiliencia de la cadena de suministro de alimentos está siendo puesta a prueba y está mostrando sus vulnerabilidades.
- Cientos de millones de personas que viven permanentemente en situación de hambre, inseguridad alimentaria y extrema pobreza son ahora mucho más vulnerables a los efectos de la crisis.
A medida que se desarrolla la crisis de COVID-19, el desafío es convertir las semillas de cambio existentes en los fundamentos de un nuevo sistema alimentario. Por ello, el iPES FOOD destaca los siguientes pasos como cruciales para crear resiliencia a todos los niveles:
- Actuar inmediatamente para proteger a los más vulnerables.
- Construir sistemas alimentarios agroecológicos y resilientes.
- Reequilibrar el poder económico para orientarlo al bien común: un nuevo pacto entre estado y sociedad.
- Reformar la gobernanza internacional de los sistemas alimentarios.