Noticias

La igualdad de género aumenta la productividad agrícola

La discriminación de las mujeres no supone sólo la violación del derecho a la igualdad básico e inalienable. El Instituto Internacional de Investigaciones sobre Política Alimentaria ha constatado que la igualdad de acceso de hombres y mujeres a la formación y capacitación agrícolas se traduce en un considerable incremento de la productividad rural.

La discriminación de las mujeres no supone sólo la violación del derecho a la igualdad básico e inalienable. El Instituto Internacional de Investigaciones sobre Política Alimentaria ha constatado que la igualdad de acceso de hombres y mujeres a la formación y capacitación agrícolas se traduce en un considerable incremento de la productividad rural.La discriminación de género y la falta de paridad en el acceso a la formación y en la toma de decisiones provoca graves consecuencias no sólo para las mujeres que la padecen sino para la sociedad en general. La agricultura y la salud, nutrición y educación de la infancia son algunos de los ámbitos en los que también se reflejan los negativos efectos de la desigualdad que hoy todavía sufren las mujeres.

Un estudio del Instituto Internacional de Investigaciones sobre Política Alimentaria revela que si se redujeran las desigualdades en el acceso a la capacitación y formación agrícolas por razones de género en Burkina Faso, la productividad agrícola aumentaría un 20% en ese país.

Tanto en el Caribe como en África Subsahariana, las mujeres producen el 80% de los alimentos que se consumen en los hogares. Según el Estado Mundial de la Infancia 2007 de UNICEF, pese a que las mujeres realizan una parte importante del trabajo agrícola, son propietarias de un número muy inferior de tierras en comparación con los hombres y carecen de control sobre la distribución de alimentos y los beneficios generados por las cosechas. En América Latina, la propiedad de la tierra de las mujeres en relación con la de los hombres es del 11% frente al 89%. Por países, en Camerún, por ejemplo, las mujeres realizan más del 75% del trabajo agrícola pero son propietarias de menos del 10% de la tierra.

Por otro lado, si hombres y mujeres decidieran paritariamente a qué destinar los recursos de sus hogares, el bajo peso de los niños menores de tres años en Asia meridional se reduciría en 13 puntos porcentuales mientras que en África subsahariana 1,7 millones de niños estarían adecuadamente alimentados.

Los resultados de una encuesta realizada en el citado Camerún indican que las mujeres con ingresos gastan normalmente el 74% de sus fondos en complementar el abastecimiento de alimentos de la familia, mientras que los hombres gastan solamente alrededor de un 22% de sus ingresos en alimentos.

Los poblados dirigidos por mujeres en Bengala occidental, asimismo, invierten el doble en agua potable que los poblados dirigidos por hombres, aumentan el número de visitas de los agentes de salud y logran reducir en un 13% la diferencia de género en la matriculación escolar.

Según UNICEF, en la región del Volta, los hombres, que son los que generalmente toman las decisiones en los hogares, suelen tratar el paludismo infantil con hierbas curativas y consideran el tratamiento médico oficial como el último recurso. Las mujeres, por el contrario, prefieren tratar a los niños y niñas enfermos con medicamentos antipalúdicos de clínicas oficiales. En el mismo sentido, un estudio realizado en Gujarat revela que el 50% de las mujeres no puede llevar a un niño o niña enfermos al médico sin la aprobación de su marido o de algún pariente del mismo.

El Objetivo 3 de la Declaración de los Objetivos del Milenio es promover la igualdad entre géneros y la autonomía de la mujer.

Foto cedida por UNICEF-Comité Español