Noticias

¿La pequeña agricultura es capaz de alimentar al mundo?

La respuesta a esta pregunta es examinada por la Universidad de Minnesota en otro de sus estudios
Imagen de la web de la Universidad de Minnesota

La Universidad de Minnesota ha llevado a cabo una serie de estudios, que bajo la presentación visual y sencilla de la información, examina la realidad alimentaria presente y futura. En uno de sus estudios evalúa la capacidad que tiene la pequeña agricultura para alimentar al mundo.

Somos conscientes de que nos enfrentamos al reto de alimentar a una población creciente, pero sabemos que producir más alimentos no puede ser la única solución. La calidad de los alimentos puede ser incluso más importante que la cantidad.

La calidad de las dietas va a depender tanto del sistema de producción como de la variedad de alimentos que se produzcan. Por ello este estudio examina dónde se están produciendo alimentos ricos en nutrientes, y quiénes los producen.

En el trabajo se recogen mapas que nos muestran los rendimientos nutricionales o al número de personas que pueden satisfacer los alimentos en una zona.
A lo largo y ancho del mundo existen pequeñas y grandes explotaciones que desempeñan papeles diferentes para lograr la seguridad alimentaria. Las explotaciones pequeñas y medianas de menos de 50  hectáreas producen más de la mitad de casi todos los alimentos, incluye la mayoría de las raíces y tubérculos del mundo, verduras, frutas, legumbres, cereales y ganado. Y producen la mayoría de los nutrientes, con la excepción de ácido fólico y hierro.

Las granjas de más de 50 hectáreas producen entre el 30 y el 64 % de los principales tipos de alimentos. Esto incluye el 64 % de los cultivos oleaginosos y casi la mitad de los cereales. Producen la mayor parte del ácido fólico del mundo y de hierro, también de zinc.

En los países en desarrollo las pequeñas explotaciones son el proveedor principal de nutrientes, sobre todo alimentan a las personas más desfavorecidas.  Hay alimentos que, aunque no sean las principales fuentes de nutrientes en el mundo, son fundamentales para la seguridad alimentaria regional, como el pescado en el sudeste asiático.

Según este estudio debemos plantearnos que no se trata solo de alimentar a las personas, sino alimentarlas bien, y con una dieta variada. La diversidad y el equilibrio son buenos tanto para las personas como para los ecosistemas. No debemos obviar que las pequeñas y medianas explotaciones agrícolas incluyen mayores niveles de especies de cultivos y diversidad genética, que puede traducirse en un sistema agrícola más resiliente.

La intensificación de la agricultura, propia de las grandes explotaciones, supone cultivar menos variedad de alimentos, lo que tendrá efectos negativos para la salud y el sistema agrícola. Para cambiar este fenómeno las estrategias deben ir dirigidas tanto hacia los consumidores como a los productores.