El pasado 13 de octubre fue presentado ante la sede de la FAO, en Roma, el Observatorio del Derecho a la Alimentación y a la Nutrición 2016 que elabora FIAN Internacional cada año.
El informe de este año, bajo el nombre “Las semillas en manos de los pueblos”, pone de manifiesto el peligro al que se enfrentan los sistemas de semillas y la biodiversidad. Esa amenaza proviene de la agricultura industrial y de las grandes corporaciones que buscan privatizar, monopolizar y patentar las semillas y los recursos.
La pequeña agricultura produce el 70% de los alimentos del mundo. Durante milenios las comunidades campesinas e indígenas han protegido las semillas, pero están viendo sus derechos a conservar, utilizar, intercambiar y vender semillas atacados por los beneficios económicos de corporaciones trasnacionales.
El Observatorio de este año analiza cómo las semillas y otros recursos naturales (tierra, agua, bosques) están siendo capturados por las grandes empresas gracias a la desidida de los estados, y estudia el impacto que tiene sobre el sistema alimentario mundial. Las fusiones que se han producido, como Bayer con Monsanto o Syngenta con ChemChina, son una clara muestra del deseo de las empresas trasnacionales a tener un control cada vez mayor sobre los recursos para obtener mayores beneficios. Es fundamental revalorizar el sistema alimentario actual que está priorizando los beneficios de una minoría sobre los derechos de los/as productores/as de alimentos.
Debemos reforzar los derechos del campesinado y de la pequeña agricultura, aplicando una perspectiva de género, ya que las mujeres durante tiempo han sido las guardianas de las semillas y la biodiversidad. Esto deberá hacerse mediante políticas y leyes más fuertes que reconozcan los derechos del campesinado a proteger las semillas, tal y como se recoge en el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRFAA), y como se debate en las negociaciones de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y de otras personas que trabajan en zonas rurales. Sin olvidar la función de la sociedad civil en la defensa de los derechos de las comunidades indígenas y campesinas.
El momento actual es la mejor oportunidad, se vive una creciente solidaridad y cooperación entre la sociedad civil y los movimientos sociales que luchan por la soberanía alimentaria en todo el mundo, además parece que existe cierto entusiasmo por parte de los gobiernos y las instituciones internacionales para implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El Observatorio 2016 va dedicado a todas las mujeres y hombres que arriesgan sus vidas para defender la soberanía de los pueblos y los derechos humanos, especialmente a Berta Cáceres, “líder indígena lenca y coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) que fue asesinada en marzo de 2016 como resultado de su lucha por la vida y contra la presa hidroeléctrica de Agua Zarca”.