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Los precios de los alimentos seguirán altos durante la próxima década, según la OCDE y la FAO

La presión de los biocarburantes podría explicar un tercio del encarecimiento de los productos agrícolas.

La presión de los biocarburantes podría explicar un tercio del encarecimiento de los productos agrícolas.Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) asegura que los precios de los alimentos seguirán elevados durante la próxima década aunque los actuales récords no perduren en el tiempo.

"Las perspectivas sugieren que los precios de las materias primas alimentarias en términos nominales y a medio plazo se situarán sustancialmente por encima de los niveles que prevalecieron durante los pasados 10 años", según el estudio de ambas organizaciones. Uno de los datos destacados es que un tercio de la subida de los precios de los productos agrícolas que se espera para el periodo de 2008-2017 respecto a la década precedente se explicaría por la presión de los biocarburantes. "La mayor parte del consumo (de biocombustibles) en los países de la OCDE es el reflejo de las subvenciones" que reciben, afirmaron desde la citada organización.

Tanto el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, como el director general de la FAO, Jacques Diouf, criticaron las actuales políticas de subvención de los biocarburantes y pidieron un cambio de orientación. Los dispositivos actuales no sirven para cumplir los objetivos que los países ricos se habían marcado con sus políticas de ayuda a los biocombustibles, argumentó Gurría. Esta postura se contrapone a la de la Comisión Europea, que ha relativizado el peso de los biocarburantes en el encarecimiento de los alimentos.

Enfoques alternativos

Gurría apostó por "enfoques alternativos que ofrecen mayores beneficios". Así, citó en particular las peticiones para reducir la demanda energética y las emisiones causantes del efecto invernadero, suprimir las trabas al comercio de biocarburantes y acelerar el desarrollo de una segunda generación de estos combustibles que no empleen productos alimenticios.

Si se comparan las medias de la próxima década con las de la década pasada, está previsto que los precios reales -precios nominales teniendo en cuenta la inflación- se incrementen en una horquilla que va desde menos del 10% en el caso del arroz y el azúcar, del 20% en el caso del trigo, cerca del 30% en el precio de la mantequilla, los cereales secundarios y semillas oleaginosas, y en más del 50% los aceites vegetales, según este informe. La media de precios nominales de los alimentos entre 2008 y 2017 establece un incremento de los mismos del 20% para la carne de vacuno y porcino con respecto a los niveles de entre 1998 y 2007.

Según ambos organismos internacionales, el elevado precio de los alimentos seguirá afectando con más dureza a las poblaciones pobres, especialmente en las zonas urbanas de los países con escasos ingresos. Por ello, aunque la ayuda humanitaria es la mejor solución a corto plazo, debe ponerse énfasis en el aumento de la productividad de las explotaciones agrícolas.

El documento menciona, entre los factores que están detrás de la subida de los precios, la sequía en algunas de las principales regiones cerealeras del mundo, aunque se trata de una causa transitoria. A ello se añade un empeoramiento de las cosechas, la producción de biodiesel, los cambios en la dieta de la población de los países emergentes, los flujos de inversión en los mercados de cotización de materias primas y los elevados precios del crudo, que impulsan al alza los gastos de producción.