Una reunión extraordinaria de los Ministros de Agricultura del G-20, celebrada el 21 de abril, abordó los riesgos para la seguridad alimentaria global derivados de la actual pandemia del COVID-19.
Plantearon la necesidad de evitar medidas restrictivas injustificadas que puedan provocar excesiva volatilidad de precios de los alimentos en los mercados internacionales y amenazar la seguridad alimentaria mundial, especialmente de las poblaciones más vulnerables.
Señalaron también que las medidas de emergencia en el contexto de la pandemia COVID-19 deben ser específicas, proporcionadas, transparentes y temporales, y que no crean barreras innecesarias para el comercio o la interrupción de las cadenas mundiales de suministro de alimentos.
Se comprometieron a trabajar juntos para ayudar a garantizar que haya alimentos suficientes, seguros, asequibles y nutritivos disponibles y accesibles para todas las personas, incluidas las personas más pobres, más vulnerables y desplazadas de manera oportuna, segura y organizada.
Enfatizaron la importancia de evitar las pérdidas y el desperdicio de alimentos causados por interrupciones en las cadenas de suministro de alimentos, lo que podría exacerbar la inseguridad alimentaria y los riesgos nutricionales y la pérdida económica, e insistieron en la necesidad de fortalecer la sostenibilidad y la resiliencia de los sistemas alimentarios a nivel mundial.
Comprometiron sus esfuerzos para ayudar a las comunidades rurales, especialmente a los pequeños agricultores y las granjas familiares, a ser económicamente más prósperos, resistentes y sostenibles, y a mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición, prestando especial atención a las necesidades de los países en desarrollo y de bajos ingresos.
