Según información difundida por la Fundación Sur, tras la aprobación de la nueva constitución y la entrada en vigor de la Política Nacional de la Tierra se podrá combatir esta discriminación de las mujeresEl ministro de la Tierra de Kenia, James Orengo, instó a las mujeres del país a aprovechar la oportunidad presentada por la nueva constitución y reclamar sus derechos de propiedad de la tierra. El ministro expresó su confianza en que, aunque la completa realización de este proceso puede ser a muy largo plazo, las mujeres al final lo lograrán.
La antigua constitución no se ocupaba de la dualidad de los sistemas de tierra ni reconocía la tierra como un bien especial
dejaba a las mujeres marginadas cuando se trataba del acceso a la propiedad de la tierra, dijo el ministro Orengo durante una conferencia sobre los derechos de la mujer y el acceso a la tierra, en Nairobi.
En Kenia, por ejemplo, el acceso y propiedad de los recursos ha seguido estando bajo los sistemas de propiedad de la tierra consuetudinario y legal, que tenían diferentes impactos sobre el derecho de las mujeres sobre la tierra.
Mientras que el sistema de propiedad consuetudinario garantizaba el acceso a la tierra para su uso, negaba a las mujeres su control como un bien y el poder de decisión sobre cómo debería ser utilizado y transferido dicho recurso.
Por otro lado, la tenencia legal había funcionado bajo diversas y contradictorias leyes de la tierra, según Orengo. Esto, según él, estaba fuera de la comprensión de un gran número de personas de las zonas rurales, la mayoría de las cuales era semi-analfabeta. Estas leyes marginaban a las mujeres, desheredadas y sometidas a los mercados de tierra desfavorables.
El ministro añadió que tras la aprobación de la nueva constitución y la entrada en vigor de la Política Nacional de la Tierra, todo esto llegará a su fin. Estas leyes se ocuparán de la desigualdad que ha limitado desde hace mucho tiempo el progreso socioeconómico y político de las mujeres, señaló.
La nueva constitución dedica todo un capítulo a la tierra, que debe ser gestionada de manera igualitaria, eficiente, productiva y sostenible.