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Perspectivas en la producción de alimentos hasta el 2029

La FAO y la OCDE analizan la proyección del sistema agroalimentario durante los próximos años y hacen una valoración del posible impacto del COVID-19
detalle de la portada del informe

Recientemente se ha publicado el informe Perspectivas agrícolas 2020-2029 realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El informe recoge la experiencia de los países miembros colaboradores y las organizaciones internacionales sobre los productos básicos y proporciona proyecciones de mercado para la oferta y la demanda nacional, regional y mundial de los principales productos agrícolas, biocombustibles y pescado. Las proyecciones no se han modificado para reflejar las condiciones nuevas a consecuencia de la pandemia de COVID-19, pero esta situación proporciona un punto de partida para evaluar posibles impactos. 

Confirma que los diferentes niveles de ingresos entre países y las diferencias de crecimiento van a suponer que haya diferencias notables de los patrones nutricionales entre los países. En los países de ingresos medios se prevé que los ingresos adicionales transformen las dietas de productos básicos a productos de mayor valor. En los países de altos ingresos la creciente preocupación por el medio ambiente y la salud seguramente suponga un cambio en las dietas de las proteínas de origen animal por fuentes alternativas, como la sustitución de la carne roja, especialmente la carne de res, hacia aves y pescado. 

Durante los próximos años el uso de alimentos, piensos y biocombustibles no cambiará significativamente, porque no se esperan cambios estructurales importantes en la demanda de productos agrícolas. Se prevé que la disponibilidad promedio de alimentos per cápita alcance aproximadamente 3000 kcal y 85 g de proteína por día para 2029; las grasas y los alimentos básicos representarán aproximadamente el 60% de las calorías adicionales.  

Alrededor del 85% del crecimiento de la producción mundial de cultivos en los próximos diez años se atribuye a mejoras en el rendimiento por un uso más intensivo de insumos, inversiones en tecnología de producción y mejores prácticas de cultivo. La producción ganadera crecerá un 14%, respaldada por los bajos precios de los piensos y los precios estables de los productos, lo que garantiza beneficios para los productores. 

Suponiendo la continuación de las políticas y tecnologías actuales, las proyecciones de producción implican un crecimiento en las emisiones directas de GEI del 6%. La ganadería representará el 80% de este aumento. Se prevé que la mayor parte del aumento de las emisiones directas se produzca en las regiones emergentes y de bajos ingresos por el aumento de los sistemas de producción que son más intensivos en emisiones. 

El comercio será cada vez más importante para la seguridad alimentaria en los países con recursos limitados, donde las importaciones son una gran parte importante de su consumo total de calorías y proteínas. 

En abril de 2020 los expertos consideraron que el impacto del COVID-19 produciría un cambio tanto en la oferta como en la demanda de productos agrícolas y señalaron posibles interrupciones en el comercio y la logística. La pandemia podría crear un shock de mercado históricamente significativo. Los mercados agrícolas mundiales además se enfrentan a otras incertidumbres como la propagación de enfermedades o plagas o los eventos climáticos extremos. 

Las preocupaciones de salud y sostenibilidad y las respuestas políticas frente a las tendencias de sobrepeso y obesidad cambiarán la demanda de alimentos.