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Propuesta de código de conducta para defender a pequeños agricultores de acaparamiento de tierras

En la segunda jornada de la Cumbre Mundial de Seguridad Alimentaria, los expertos David Hallam, de FAO, y Jean Philippe Audinet, del FIDA, propusieron un código de conducta para regular el acaparamiento de tierras agrícolas por parte de Estados o empresas en países pobres.

En la segunda jornada de la Cumbre Mundial de Seguridad Alimentaria, los expertos David Hallam, de FAO, y Jean Philippe Audinet, del FIDA, propusieron un código de conducta para regular el acaparamiento de tierras agrícolas por parte de Estados o empresas en países pobres.Explicaron que el fenómeno se ha intensificado a partir de la crisis alimentaria detonada en 2007 y que son sobre todo China, Arabia Saudita y Corea del Sur los países que llevan a cabo una agresiva política de adquisición de terrenos en naciones como Etiopía y Sudán.

Según la organización no gubernamental Grain, en los últimos tres años el fenómeno ha involucrado a 20 millones de hectáreas de tierras por un valor de 100 mil millones de dólares.

Hallam, subdirector de Comercio y Mercados de la FAO, explicó que con el código de conducta se buscan establecer las guías para regular el fenómeno. "Se busca hacer transparente el proceso y convenientes las inversiones para los pequeños agricultores de países en desarrollo, que actualmente pierden sus tierras sin saber cómo", declaró.

Sin embargo, reconoció que las negociaciones para crear ese código de conducta serán largas y las consultas iniciadas en septiembre pasado, en la Asamblea General de la ONU, no finalizarán hasta dentro de un año.

Por su parte, el ministro italiano de Agricultura, Luca Zaia, anunció que los países que participaron en la Cumbre del Grupo de los Ocho (G-8), realizada en julio pasado en L’Aquila, y los signatarios de la Iniciativa de Seguridad Alimentaria se reunirán en Roma a inicios de 2010 para definir las modalidades concretas para canalizar los recursos contra el hambre.

Organizaciones de campesinos, pescadores e indígenas que participaron en el foro paralelo de sociedad civil, hicieron una declaración en la que subrayaron que la seguridad alimentaria está vinculada al derecho al acceso y al control de tierras y agua por parte de los pequeños agricultores. Dijeron que el agua -como bien común de todos y para todos- y los alimentos, distribuidos equitativamente a precios controlados, representan el meollo de la soberanía alimentaria que "es la única y real solución contra el hambre en el mundo".

También reiteraron sus críticas a la Declaración de la Cumbre, suscrita la víspera, que no compromete nuevos recursos contra el hambre, ni establece plazos, ni fechas para acabar con este flagelo, que afecta a más de mil millones de personas en el planeta.