En el editorial, publicado a raíz de las nuevas directrices dietéticas aprobadas recientemente por el Departamento de Agricultura, Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos -que han sido rápidamente criticadas por expertos nutricionistas por no haberse atrevido a ir suficientemente lejos-, los responsables de la revista afirman:
"Sabemos que tenemos una epidemia no controlada de obesidad tanto en adultos como en niños en muchos países de renta alta y otra epidemia emergente en países de renta media y baja. Sabemos que nuestros actuales enfoques no funcionan. Sabemos que la obesidad es el resultado de un estilo de vida cada vez más sedentario y de un contexto obesogénico mantenido por grandes compañías globales de la alimentación y las bebidas con un interés particular en producir alimentos ultraprocesados, densos en energía y pobres en nutrientes, lo más baratos posible. Y sabemos que la prevención y tratamiento de la obesidad requiere acciones urgentes, serias y heterogéneas, más allá de poner impuestos al azúcar, siendo que incluso este paso pequeño e insuficiente está levantando acalorados debates y los gobiernos le están dando largas. Sin duda, una de las razones es la excesiva influencia de la industria de alimentos y bebidas y otros grupos de interés en los gobiernos y responsables políticos."