La Universidad de Minessota ha realizado varios estudios que analizan los retos del sistema alimentario actual. En uno de ellos valora el gran problema de los desperdicios de alimentos a nivel mundial.
Según el trabajo una cuarta parte de las calorías y un tercio de la masa de los cultivos alimentarios del mundo se desperdician en toda la cadena alimentaria. Se pierden suficientes calorías para alimentar a 1.900 millones de personas, según la dieta que la Organización Mundial de la Salud considera que es necesaria para estar sano.
Diferencia primero pérdida de alimentos de desperdicios. La expresión “pérdidas de alimentos” (food loss) suele referirse a los primeros eslabones de la cadena, a la reducción de la cantidad de alimentos disponibles por diferentes causas, por ejemplo, por los fallos en la infraestructura y los sistemas de la cadena de suministro, como la falta de refrigeración y almacenamiento. Los desperdicios de alimentos (food waste) suele referirse a la pérdida producida en los eslabones finales de la cadena, sobre todo en la fase de consumo, y se dan principalmente por nuestro comportamiento y condiciones en nuestros hogares, instituciones, restaurantes y tiendas de comestibles que hacen que alimentos sean desechados o se estropeen.
Actualmente producimos alimentos para satisfacer las necesidades de toda la población, pero el desperdicio reduce la disponibilidad de alimentos. La reducción de desperdicio de alimentos podría significar un aporte significativo a la seguridad alimentaria global.
En los países de ingresos más bajos los desperdicios de alimentos se producen principalmente durante la producción de los cultivos, después de la cosecha o en el almacenamiento. Las causas son la mala infraestructura y las ineficiencias en los sistemas de la cadena de suministro. En los países desarrollados las cadenas de suministro son más largas y complejas, pero también más eficientes. Como resultado, se producen menos residuos durante la cosecha y después de la cosecha, pero a medida que la disponibilidad de alimentos mejora, se producen más residuos durante la fase de consumo. En América del Norte, Oceanía y Europa, más de la mitad de los desperdicios de alimentos se dan durante la fase de consumo de la cadena de suministro de alimentos. En estos países los alimentos se desechan en los supermercados, en los hogares, restaurantes, en eventos de catering y en escuelas y hospitales.
El desperdicio de alimentos no solo significa tirar comida sino desperdiciar los recursos que se destinan para su producción -tierra, fertilizantes, agua…- y agravar los problemas de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas. La FAO señala que si el desperdicio alimentario fuera un país sería el tercer mayor emisor de GEI, detrás de Estados Unidos y China.
Pero se apunta a que el objetivo de reducir el desperdicio de alimentos es alcanzable, la FAO considera que los desperdicios podrían reducirse del 24 por ciento al 12 por ciento, y esto supondría una mayor seguridad alimentaria y reduciría a la mitad aproximadamente los impactos medioambientales.