El pasado 5 de noviembre, los países participantes en la COP26, como parte de los debates sobre agricultura, acordaron la necesidad de una transición hacia sistemas alimentarios sostenibles y resilientes al clima, teniendo en cuenta la vulnerabilidad de la agricultura a los impactos del cambio climático. Reconocieron que esta transición será crucial para garantizar la seguridad alimentaria y acabar con el hambre en todo el mundo, así como para lograr objetivos climáticos, como la reducción de emisiones.
Más específicamente, para lograr esta transición, los participantes reconocieron el papel clave de:
- Prácticas de manejo de suelos y nutrientes y el uso óptimo de nutrientes, incluidos fertilizantes orgánicos y mejor manejo del estiércol.
- Sistemas ganaderos gestionados de forma sostenible, como la mejora de la salud animal y los sumideros en pastizales y tierras de pastoreo.
Además, también señalaron la importancia de aumentar el apoyo y los recursos para lograr sistemas agrícolas inclusivos, sostenibles y resilientes al clima.
El 6 de noviembre, Día de la Naturaleza de la COP26, 100 gobiernos locales se reunieron para presentar la Declaración de Alimentos y Clima de Glasgow. Dado que los sistemas alimentarios representan un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, está claro que el Acuerdo de París no se cumplirá sin abordar los sistemas alimentarios. La Declaración de Glasgow reúne a las autoridades locales y subnacionales más progresistas con el compromiso de acelerar el desarrollo de políticas alimentarias integradas y pide a los gobiernos nacionales que actúen.