En este año 2020 el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD), primer acuerdo global para abordar todos los aspectos de la diversidad biológica -recursos genéticos, especies y ecosistemas-, adoptará un marco de biodiversidad global posterior a 2020 como una primera fase hacia la visión de 2050 “Vivir en armonía con la naturaleza”. En su decisión 14/34, la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica adoptó un proceso integral y participativo para la preparación del marco mundial para la diversidad biológica posterior a 2020.
Las negociaciones para desarrollar este marco mundial, previas a la reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, serán emprendidas por un grupo de trabajo intersesional de composición abierta bajo la dirección de Francis Ogwal (Uganda) y Basile van Havre (Canadá), supervisados por la Mesa de la Conferencia de las Partes.
El director general de la FAO, QU Dongyu, expresó hace unos días su esperanza de que los participantes lleguen a un resultado "contundente" en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica prevista en China en octubre de 2020. El marco decidido fijará el rumbo para los próximos 10 años y el futuro.
La biodiversidad, la existencia de muchos tipos y variedades de plantas y animales, hace que el planeta sea un lugar más saludable, sostenible y productivo. Es una combinación de genética, especies y hábitats que permiten a los ecosistemas adaptarse a desafíos como el crecimiento demográfico y el cambio climático.
QU Dongyu recalcó la importancia de la biodiversidad para los ecosistemas, para los seres humanos y para la diversidad alimentaria. Y recordó los múltiples esfuerzos que ha realizado la FAO para conservar la biodiversidad, como el desarrollo del ‘Código de Conducta para la Pesca Responsable’.
En estos años, con el impacto del cambio climático, la globalización, la urbanización y la homogeneización de la producción agrícola, con la sustitución de la biodiversidad por los cultivos de alto rendimiento y los monocultivos, se ha producido una transformación de las dietas y estilos de vida. En muchas comunidades está habiendo una menor disponibilidad de alimentos locales variados y un aumento de alimentos industrializados y precocinados, lo que está teniendo un impacto negativo en la salud, generando obesidad, diabetes y enfermedades cardiacas.
Para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional es necesario respetar las relaciones entre los pueblos y sus culturas, sus medios de vida, sus conocimientos tradicionales y la biodiversidad. Estamos a tiempo de recuperar los sistemas alimentarios locales, aprovechar el conocimiento y las prácticas adquiridas, para preservar la biodiversidad.