La amenaza de hambruna se cierne sobre más de 14 millones de personas en el Cuerno de África. La crisis se debe a una combinación de sucesivos fracasos en las cosechas a causa de las sequías, altos precios de los alimentos y la inestabilidad política. Lo nuevo es que esta crisis está afectando ahora, principalmente, a la población urbana. Ya desde finales de mayo vienen llegando informes sobre la amenaza de hambruna. Señales negativas se desprenden de la solicitud de asistencia en los centros de emergencia para la atención sanitaria y alimentaria, donde llegan padres e hijos desnutridos. Marcus Prior, del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, confirma el pronóstico: "como consecuencia de la sequía y los altos precios de alimentos, vemos casi una duplicación del número de personas que necesita alimento. Eso representa un aumento de 7 millones de personas sólo en lo que va del año".
Y si no llegan las lluvias de septiembre y octubre, la hambruna seguirá aumentando.
Etiopía parece ser el país más azotado por la crisis: al menos 10 millones de personas sufren hambre. También hay amenaza de crisis alimentaria en Yibuti y partes de Kenia y Uganda. En Somalia, 2,6 millones de personas dependen de la ayuda alimentaria. Junto a los factores mencionados, de la sequía y los altos precios de alimentos, la inestabilidad política y económica es también una importante causa de la crisis alimentaria actual en ese país.
Precios de alimentosA pesar de que la sequía es menos grave que en 2005, la crisis alimentaria adquiere proporciones mucho más grandes debido al incremento en los precios de los alimentos. En Etiopía, el aumento fue de un 40% este año pero el precio del arroz blanco se triplicó. En otras regiones del Cuerno africano también se encarecieron los alimentos. Las personas que, normalmente, podrían compensar una mala cosecha comprando alimentos, se enfrentan ahora a problemas.
Los precios altos también afectan el bolsillo de la población urbana, ya que ellos están obligados a comprar la totalidad de los alimentos que consumen. Según los colaboradores de ayuda, es la primera vez que la provisión de alimentos se convierte en un problema en las áreas urbanas.
CampesinosSin embargo, los primeros afectados por la crisis son los habitantes de las zonas rurales. Gregory Beals de OCHA, la agencia de la ONU para la coordinación de Asuntos Humanitarios, en la capital etíope Addis Abeba, describe la situación de campesinos pobres, que dedican sus escasos recursos a la compra de alimentos, y se hunden cada vez más en los problemas. "Cuando se obtiene la cosecha, muy insuficiente, pueden prever que no les alcanzará para la cosecha siguiente, y entonces venden un buey. El dinero obtenido de la venta sólo les alcanza para cubrir algunos meses, debido a los altos precios de alimentos. Pero cuando empieza la estación de las lluvias, ya no disponen de un animal para arar el campo. Así se van superponiendo los problemas: por la falta de alimentos se debilitan, sus hijos están desnutridos y carecen de los recursos para poder trabajar la tierra adecuadamente, para la cosecha siguiente".
De esta manera, los altos precios de alimentos socavan aún más las estrategias de supervivencia de los campesinos pobres y de los habitantes de las ciudades. Caen en una espiral de pobreza de la que es muy difícil escapar.