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Nuevo informe sobre la crisis alimentaria

Dos institutos estadounidenses -IATP y GDAE- publican un informe crítico sobre las políticas que se han desarrollado en los últimos años en torno a la crisis alimentaria

Dos institutos estadounidenses -IATP y GDAE- publican un informe crítico sobre las políticas que se han desarrollado en los últimos años en torno a la crisis alimentariaLos investigadores Timothy Wise y Sophia Murphy analizan en este informe los cambios de políticas ocurridos desde 2007 en respuesta a la crisis alimentaria, tanto a nivel bilateral como multilateral. Su revisión plantea áreas de gran preocupación, ya que no se aprecia ni la urgencia ni la voluntad necesaria para introducir cambios necesarios en algunas políticas que han contribuido a la crisis.

Entre los diferentes temas que tratan en el informe destacan tres aspectos:





La expansión de los agrocombustibles, con significativas políticas de apoyo especialmente en Estados Unidos y Europa, que están contribuyendo a un incremento de la demanda y, por tanto, al alza de precios. Frente a ello, actores internacionales, desde el G-20 hasta el HLTF o el CFS han diluido sus demandas de acción para enfrentar este problema.



La volatilidad de precios de los alimentos y su negativo impacto en las personas más vulnerables y en los países de bajos ingresos importadores netos de alimentos. Los analistas observan pocas iniciativas concretas dirigidas a conseguir estabilidad de precios, buscando que sean remunerativos para los productores y asequibles para los consumidores. A pesar de las evidencias sobre el papel de la especulación financiera en este problema, sigue sin haber acuerdo al respecto y por tanto se han aplicado todavía pocas precauciones.



El acaparamiento de tierras en países con recursos limitados, cuya escala y ritmo resulta alarmante; parece haber consenso sobre el hecho de que este tipo de inversiones extranjeras no son buenas ni para la seguridad alimentaria ni para el desarrollo y las iniciativas hasta ahora puestas en marcha parece que serán demasiado limitadas y llegarán muy tarde. Las instituciones internacinales, como el Banco Mundial, deberían hacer más para proteger el acceso a la tierra de los pequeños productores.Accede al texto completo del informe (en inglés)