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¿Puede la agroecología ser la respuesta a la crisis alimentaria?

La agroecología produce el 25 % de los alimentos del mundo en el 10 % de las tierras agrícolas mientras la agricultura industrial produce el 30 % utilizando el 80 % del área agrícola.

La agroecología produce el 25 % de los alimentos del mundo en el 10 % de las tierras agrícolas mientras la agricultura industrial produce el 30 % utilizando el 80 % del área agrícola.Sally Burch, directora ejecutiva de ALAI (Agencia Latinoamericana de Información), entrevista a Miguel Altieri, profesor de agroecología en la Universidad de California en Berkeley y presidente de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología, y a Marc Dufumier, profesor e investigador francés y director de la Cátedra de Agricultura comparada en el Instituto Nacional Agronómico de París, Agroparis Tech. Frente a la visión de que la agricultura ecológica es una opción marginal y que sólo la agricultura a gran escala puede responder a los desafíos de la alimentación mundial, ambos expertos aportan una visión diferente del potencial de la agroecología. 

Con la agroecología podemos producir alimentos suficientes para alimentar al mundo, pero si las inequidades, las fuerzas estructurales que explican el hambre no se solucionan, entonces el hambre continuará, no importa que sigamos produciendo con agroecología.

El modelo de agricultura industrial está en crisis, se desarrolló en base a unas premisas que ya no son válidas. Es cierto que este modelo, siendo altamente mecanizado, rebaja significativamente los costos directos de producción por hectárea pero es una trampa porque no toma en cuenta las externalidades que tienen negativos impactos sociales, ambientales, de salud pública, etc. La producción agroecológica, por ser artesanal e involucrar más mano de obra, tiene costos de producción más altos y debe ser mejor pagada. Sin embargo, la agricultura campesina produce mucho más por hectárea, aproximadamente 20 a 30 veces más. Y cuando se apoya en prácticas agroecológicas presenta además una mejor resistencia al cambio climático, no solo porque no genera calentamiento global -a diferencia de la agricultura industrial, con su alto consumo de combustibles fósiles-, sino que hay evidencias de que resiste mejor fenómenos como las sequías.

Por tanto, se requieren políticas de fomento y subsidios que protejan a la agroecología y a los pequeños agricultores. Consulta el texto completo de Sally Burch